POR: EDUARDO AZATO / Ed.212 MARZO-ABRIL 2021
En estos días Japón se encuentra a la expectativa de una nueva decisión en torno a la realización (o definitiva cancelación) de los postergados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, un evento en el que quieren mostrarle al mundo unas competencias con tecnología de punta y diseño diferente.
Pero en el apartado deportivo el país se ha preparado también a consciencia para mostrar toda una generación de deportistas de alto nivel que tiene el compromiso de obtener un caudal de medallas inédito en la historia de las participaciones japonesas en justas olímpicas. Japón nunca estuvo mejor representado en las diferentes disciplinas.
“En Japón el deporte es parte de la vida de la población y es un elemento muy importante desde hace muchas décadas como factor que une a la ciudadanía”, dice Alexander Garay, un profesional peruano que trabaja desde el año pasado como profesor asociado en la Nagoya Keizai Daigaku. Dicta cátedra en la Facultad de Ciencias y Vida Humana, en el Departamento de Educación y Cuidado Infantil, y su especialidad son los temas de educación física para niños.
“En Japón la gente se identifica mucho con los equipos que los representan en cualquier torneo internacional, lo que sucede no solo con las disciplinas más populares. Es para cualquier deportista un orgullo ser considerado en la selección y el público se siente obligado a alentarlos. En ese sentido, son bastante unidos”, dice.
DEPORTISTAS DE ÉLITE
Pero ¿qué hay que hacer para formar deportistas de alta competencia? Le pregunto. “Es todo un sistema que viene desde muy temprano, desde los clubes de los chicos en la primaria, hasta los centros de alto rendimiento en los que tienen cabida los mejores talentos de cada disciplina. Hay un reclutamiento temprano de estos prospectos y se les trata de dar seguimiento en la secundaria elemental, la superior y las universidades”, manifiesta Garay.
Y en este proceso tienen un papel fundamental las actividades extracurriculares, fuera de las horas de clases, los conocidos “bukatsu” en las escuelas secundarias.
“Luego de la guerra se inicia toda una serie de cambios en la formación de las nuevas generaciones de japoneses. Por un lado, la parte educativa y, como complemento, actividades culturales o, como en este caso que nos atañe, actividades físicas. En toda esta tarea de reconstrucción de un país que perdió la guerra, el deporte tuvo un fuerte impacto, me parece, como aglutinador de la ciudadanía. Es el poder del deporte. Casi el 100% de las escuelas de secundaria elemental (Chuugakkou) tiene actividad extracurricular, y la participación de los estudiantes es obligatoria”, explica.
Los mejores talentos deportivos son reclutados por los colegios de secundaria y a cambio se les otorga ingreso sin necesidad de exámenes o, en el caso de universidades, también acceder al otorgamiento de becas y hasta alojamiento con ayudas de costo. Fue el caso de Alexander: “No fui un atleta destacado durante el Chuugakkou, pero entrenaba con entusiasmo. Pero durante el Koukou llegué a clasificar sexto a nivel nacional y desde ese momento comenzaron a llegar invitaciones de varias universidades para ingresar a sus centros de estudios y formar parte de sus equipos de atletismo. Y ofrecen todas las comodidades para hacerlo paralelamente al desarrollo de tus estudios, con flexibilidad de horarios, créditos mínimos para obtener graduación, etc.”, cuenta.
EN PERÚ FALTA APOYO
Garay pasó en el 2013 unas semanas en el Perú investigando todo lo referente a la educación física en el país, como tema de su tesis de Maestría. Hasta ganó una competencia nacional (ver cuadro). La exitosa celebración de los Panamericanos de Lima -en lo organizativo y los buenos resultados en las competencias- hace un par de años, parece haber revitalizado la labor por mejorar el deporte en el país.
“Aquella vez que participé en el torneo nacional sentí que había mucho que mejorar en el atletismo peruano: sin mucho tiempo de preparación, llegué y salí campeón porque las marcas técnicas no eran muy exigentes. Noté que faltaba infraestructura y todas las comodidades para mejorar las condiciones técnicas de los deportistas. Sé que el fútbol y el vóleibol, las disciplinas más populares, sí gozan de apoyo económico e infraestructura pero otras disciplinas no, y así es muy difícil elevar el nivel. Fue mi primera impresión, que faltaba apoyo. Felizmente parece que las cosas están cambiando en la dirigencia. También me enteré que se ha puesto en marcha un programa de deporte y recreación para los escolares llamado Wiñaq, que tiene mucha similitud con nuestros ‘bukatsu’ aquí en Japón”.
Cabe resaltar que Garay retornó al Perú hace un par de años para dictar una serie de conferencias sobre educación física en el Cuzco, junto a un grupo de profesores de otras universidades japonesas.
¿Y el deportista de élite, nace o se hace? “Se hace, creo. Estoy convencido de que se hace. Claro que es necesario lo relacionado a biotipo, velocidad, etc., pero para que todo eso funcione se necesita entrenamiento adecuado, preparación física ideal. Por ejemplo, el maratonista Osako Suguru, que en Japón ya participaba en un buen nivel, tuvo que capacitarse mejor e irse a entrenar a los Estados Unidos para elevar su nivel y convertirse en recordman en la historia de los maratonistas asiáticos hace tres años en la maratón de Chicago . Este entrenamiento hizo que su nivel mejore ostensiblemente. Para que ello ocurra, Osako debió encontrar un ambiente adecuado, que no lo tenía en Nihon”, analiza.
Concuerda en que Japón tiene hoy el mejor equipo de relevos de toda su historia (Sani Brown, Kiryu, Shiraishi, Cambridge y Tada, entre otros velocistas). “Nunca ha tenido tantos talentos como en los años recientes, una generación en la que debe destacarse a Hakim Sani Brown, que ahora se dedica en los Estados Unidos al atletismo como un deportista semiprofesional”.
EXTRANJEROS DESTACANDO EN EL DEPORTE
No esconde su gran satisfacción por el hecho de que muchos deportistas peruanos destacan a nivel nacional e internacional, como él, todos hijos de inmigrantes. Morioka en el futsal, Romero y Noriega en el fútbol, Shimabukuro en el fútbol femenino, los judokas Galarreta y Yamamoto, el beisbolista Ramírez, etc., casos de chicos peruanos destacando en deportes.
“Eso es muy bueno. El deporte les ayudó bastante para conseguir fortalecer su propia identidad. Siendo extranjeros, destacan en el medio japonés. Es algo muy difícil de hacer; si no lo vives, no te puedes imaginar lo importante que es para ellos mismos. Es difícil para muchos ser extranjero en Japón; sin poder dominar el idioma o con algunos problemas de adaptación cultural. Es allí que el deporte funciona como alternativa haciéndote más fuerte y facilitando de alguna manera la aceptación del entorno. Es para sentir orgullo porque me identifico con ellos, también pasé por el mismo proceso, aunque no tuve ningún tipo de problemas de chico. No se si fue suerte o tenga que ver con el carácter, pero ahora que me lo preguntas, gracias al deporte siempre estuve pensando en dar lo mejor. Desde que no era tan bueno, debí dedicarme más para mejorar y creo que no le prestaba tanta importancia a algunos problemas que probablemente tuve y no lo percibí”.
“Somos muchos los que vivimos en un entorno multicultural, todos nos estamos involucrando en este aspecto. Proyectando mi futuro, no puedo pensar en vivir como un peruano o como un japonés, como parte de un lugar. Siento que los nuevos tiempos nos conducen a convertirnos en seres humanos globales, ciudadanos del mundo. Entonces, mi objetivo, ya que estoy en el ambiente académico, sería seguir fomentando la educación física sin barreras de ningún tipo, encontrar una imagen del deporte que sea positiva para cualquier persona, sin discriminaciones. Ha cambiado bastante en los últimos años, pero todavía en la actividad deportiva encontramos ciertas barreras entre japoneses y extranjeros. La aparición de nuevos ídolos de la nación, japoneses con rostros y nombres extranjeros como Osaka Naomi en el tenis, Sani Brown en el atletismo, Hachimura Rui en el básquetbol y otros, pueden ayudarnos a reflexionar sobre este aspecto”, finaliza.
Campeón peruano de atletismo
“VINO, VIO Y VENCIÓ”
La frase, atribuida al general y cónsul romano, Julio César, es aplicable a la experiencia de Alexander Garay, que en el 2013 se convirtió en campeón peruano de atletismo, en la prueba de 800 metros planos.
Fue una participación voluntaria, ya que su presencia en el Perú por esa época fue para cumplir tareas de tipo estudiantil: estaba preparando una investigación sobre la realidad de la educación física en su país, al que volvía tras mucho tiempo, luego que a los 7 años viajase al Japón a reunirse con su familia, residente en la isla de Awajishima, en la prefectura de Hyogo. Sus padres, dos hermanas mayores y un hermano menor, aún viven allí.
“Fue un viaje de estudios. Estaba trabajando mi tesis y en mi segundo año de estudios de Maestría decidí retornar al país para profundizar mi investigación sobre temas de educación física en el Perú. Conocí allí a alrededor de cuarenta profesores con quienes conversé para conocer la realidad del sector. Por esos días, tenía lugar también el Campeonato Nacional de Atletismo, deporte que practicaba desde hacía 10 años y, aunque no me preparé especialmente para una competencia, sí estaba en forma como para tener una participación decorosa y darme el gusto de tener la experiencia en mi país”, rememora.
“En realidad fui el más sorprendido cuando crucé la meta en primer lugar. El título nacional hizo que prolongase mi estadía en el Perú por algunas semanas más, ya que me invitaron a integrar el equipo peruano que iba a participar en el Sudamericano de Cartagena, en Colombia”, recuerda.
Cabe resaltar también que Alexander ha sido uno de los pocos peruanos en tomar parte en los Juegos Deportivos Nacionales del Japón “Kokutai” (una especie de Juegos Olímpicos Nacionales) y llegó a obtener el séxto lugar en los 800 metros planos defendiendo a la selección de la prefectura de Gifu, lugar donde reside desde su época de estudiante de secundaria superior (Koukou).