POR: MARIO KIYOHARA / Ed.210 OCTUBRE-NOVIEMBRE 2020
“No hay nada como un reto para sacar lo mejor de un hombre.” Sir Sean Connery
Termina un año obviamente nada común para la humanidad. Más de la mitad del año hemos vivido confinados a estar en casa, reducir nuestras salidas y evitar, por el bien de todos, el contacto entre nosotros, yendo en contra de nuestra esencia de seres sociales.
Ante esa situación, la tecnología de la información ha consolidado su papel en la historia reciente de la humanidad. A diferencia de la última pandemia vivida hace más de 100 años (Influenza – 1918), esta vez estuvimos aislados pero conectados.
Desde los previamente fuertes Facebook y Whatsapp, hasta los novedosos y hoy multimillonarios Tik Tok y Zoom, las redes sociales fueron fundamentales para que la humanidad en su conjunto pueda sobrellevar este azote con información y entretenimiento a través de sus canales.
Igualmente, cuando hablamos de herramientas productivas, se consolidaron servicios como los market place, plataformas de e-commerce o de e-learning; sin contar en el mayor uso de la nube para compartir archivos, los CRM para ventas y los grupos de trabajo compartido como meets.
Imaginarse una pandemia sin más que el diario o la televisión para informarse, y no poder transmitir opinión o consejos y ni interactuar con la familia en la otra cuadra es inconcebible en estos tiempos. Los expertos calculan que esta crisis ha logrado impulsar la transformación digital en casi 10 años en el Perú.
Así como la tecnología de la información trajo muchos beneficios a la población al ser útil, nos conectaba y aseguraba la continuidad de los negocios; también nos trajo la otra cara de la moneda, en donde la proliferación de virus, las estafas cibernéticas, los contenidos falsos o tendenciosos (fake news), fueron el pan de cada día.
Considero que lo más grave y lamentable que -en lo que a tecnología de la informática se refiere- ha surgido de la pandemia es que nos ha desnudado como país en cuanto a las carencias de una infraestructura, y que esto se ve reflejado en la incapacidad de ser competitivos frente al entorno global de comercio de productos y servicios. Asimismo, fue muy triste comprobar que, debido a la conectividad, muchos niños en todo el país no han podido continuar sus estudios y muchos adultos no han tenido oportunidad de ser productivos mediante el teletrabajo, lo que a la larga mandó a miles de familias a la pobreza aumentando la brecha de ricos y pobres, de ciudad y periferia.
Pero toda crisis genera la oportunidad de plantearse retos. Es satisfactorio ver que muchos emprendimientos vieron la luz, algunos más exitosos que otros. Que la educación se amoldó a la situación y ahora se estén planteando una nueva forma de educación para el 2021; y que los trabajadores vayan desarrollando nuevas habilidades informáticas es un buen primer paso para revertir la situación.
Es obvio que cambios como promover el aumento de la conectividad vía internet es urgente y deber de este y el próximo gobernante. Que los cambios en la metodología educativa están en manos de los centros de enseñanza y la metodología laboral estará en las empresas. Pero es también deber de cada uno de nosotros el buscar crear para generar productividad. Esto solo lo haremos aprendiendo y desarrollando más y mejores habilidades basadas en la tecnología.
Hoy el concepto de “viejo” se reduce a la incapacidad de ser productivo, al margen del género, la edad o el estado físico de la persona. Más valor para un negocio hoy lo puede tener, por ejemplo, una ama de casa madura con buen tacto al tratar a las personas y conocimiento básico de informática para atender clientes por teléfono desde su casa, frente a un recién egresado que tiene conocimientos, pero no habilidades.
Aprovechemos toda herramienta que tenemos a la mano para aprender. Nunca se es tarde ni viejo. Como en una película western, no es el arma la que da en el blanco, es la experiencia del vaquero. Hoy tenemos el reto de liderarnos nosotros mismos hacia un futuro de corto plazo mucho mejor del que pueda imaginar.
Que este 2021 sea de retos y triunfos. Buena caza.