UNA VISITA AL «SMALL WORLDS TOKYO», CHIQUITITO

TEXTO Y FOTOS: EDUARDO AZATO S. 
Ed.219 JUL.-AGO.-SEP. 2022

Una excelente opción a visitar cuando se encuentre por el lado de la Bahía de Tokio. El “Small World Tokyo” le hará sentirse Gulliver.

El parque temático de miniaturas bajo techo más grande del mundo se encuentra en un terreno ganado al mar en la Bahía de Tokio. Fue inaugurado en plena pandemia, en junio de hace dos años, a muy poca distancia de los escenarios donde tuvieron lugar los Juegos Olímpicos de Tokio.

Es el “Small World Tokyo”, que queda a muy pocos minutos andando desde la estación Ariake Tennis no Mori, del monorriel Yurikamome.
Visitarlo es vivir una experiencia inmersiva en el mundo del detalle, con ambientes creados artísticamente a una escala de 1/80 con impresionante minuciosidad y realismo.

Usted deberá ingresar a la atracción a través de un túnel que lo convertirá en un Gulliver, presto a disfrutar de seis zonas de dioramas interactivos que apreciará con la sensación de haber llegado al Liliput, la villa del conocido cuento infantil de Jonathan Swift.

O, si es de los modernos, ser uno de los gigantes de “Ataque de Titanes” (Shingeki No kyojin, su nombre original), porque personajes de las internacionalmente populares series de dibujos animados japoneses tienen mucho que ver con el lugar.

LAS ZONAS A EXPLORAR

El parque de miniaturas queda en el tercer piso y se inicia con una visita a la zona del Centro Espacial Small World, donde se recrea el lanzamiento del Saturno V, que sirvió para las pruebas de los sucesivos lanzamientos de las misiones Apolo que fueron a la luna.

Cada 20 minutos esté atento porque tiene lugar el “ritual” de propulsión del cohete en medio de “efectos especiales” lumínicos y de sonido, con derecho también a llamas y humareda en cada lanzamiento, tras la consabida cuenta regresiva de rigor. Todo un espectáculo para fotografiar y filmar, cosas que están permitidas si se hacen con equipos portables.

Unos metros más allá encontrará la zona Villa Global en el que se mezclan fantasía y realidad, recreando lugares ficticios: villas europeas transalpinas, un hermoso balneario meditarráneo y un ambiente asiático en el que parecen combinarse Hong Kong y Shanghai, con personajes fantástico como monstruos y dragones.

En la zona Global Village, cinco escenarios que mezclan mitología y belleza arquitectónica. En la foto, representación de una escena ficticia que une Hong Kong y Shanghai.

Como en cada maqueta del parque, vehículos en movimiento (trenes que se internan en túneles de montañas, carros que recorren las callecitas luego de esperar que cambie la luz del semáforo, ciclistas paseando por los parques), así como la constante invitación a oprimir botones que provocarán alguna situación en cada lugar (luces, sonidos o movimiento de personajes).

En el mismo ambiente, uno de los “platos fuertes” para fanáticos del manga y anime Sailor Moon (Bish?jo Senshi S?r? M?n), una serie de gran éxito en el mundo en la década de los 90, creada por Naoko Takeuchi. Podrán ver allí la increíble reproducción de Azabu-j?ban -el barrio en el que la heroína Tsukino Usagi y sus compañeras de aventura viven-, y tras él, a la ciudad del futuro, en el siglo 30. Un lugar de peregrinación para cualquier “fan” de la serie.

Impresionante reproducción del barrio Azabujuban, donde viven las Sailor Moon, con Cristal Tokyo, la capital del siglo XXX al fondo.

Una extensa parte está reservada a escenificar un día cualquiera en el Aeropuerto Internacional de Kansai, una de las puertas de Osaka y prefecturas aledañas con el mundo. Es para seguir con la boca abierta de la sorpresa: aviones en movimiento posicionándose, despegando o aterrizando; todo el intenso trajín que puede esperarse en cualquier terminal aéreo, con gente esperando su vuelo, registrándose en los mostradores de atención, haciendo compras, subiendo las escaleras o comiendo en los varios restaurantes de su interior.

Interior del Aeropuerto Internacional de Kansai. Minuciosidad mezclada con arte.

Finalmente, dos secciones que harán las delicias de los seguidores de la saga Evangelion, más propiamente Neon Genesis Evangelion (Shin Seiki Evangerion), cuya versión cinematográfica culminó el año pasado.

En la primera, en un ambiente especial que recrea los hangares en el que se guardan los robots, podrán apreciar las jaulas desde las que los EVA 0, 1 y 2 se ponen en acción. En otra área, más extensa, una gigantesca maqueta de Neo Tokio – 3, donde transcurre la acción de la serie, con una bien lograda reproducción del momento en el que los rascacielos se sumergen en alerta por un ataque enemigo.

Uno de los robots EVA en su hangar.



SER PROTAGONISTA

Una de las formas de entretenimiento dentro de “Small World” es prestar atención a las miniaturas de la gente en cada zona. La fidelidad de los detalles es tan sorprendente que podemos fisgonear dentro de las casas de los vecindarios o los edificios de las escuelas, con los estudiantes recibiendo clases, o acaso ver el interior de un restaurante de udon lleno de comensales en el aeropuerto. Cada una de ellas puede contarnos una historia.

Edificaciones de estilo europeo, donde se mezclan realidad y mitología.

Divertido será también para los fanáticos, encontrar escondidos a los personajes de Sailor Moon y Evangelion en alguna parte de estos increíbles modelos a escala.

Miles de muñequitos de personas se encuentran diseminados por las diferentes zonas del parque, y usted también puede serlo, durante un buen tiempo, si paga por ello. El programa “Residente” le permitirá “vivir” durante un año en cualquiera de las zonas que usted elija.

Pagando un adicional del coste del ingreso normal (2,700 yenes en boletería, alrededor de 2,500 si lo hace por internet, a través de la cadena de conveniencia Lawson), le tomarán una fotografía tridimensional (valen poses artísticas y hasta vistiendo el uniforme del equipo NERV), con cuyos datos elaborarán una réplica suya en miniatura de casi tres centímetros de alto que podrá colocar donde desee (19,800 yenes en las zonas Sailor Moon y Evangelion, y 12, 630 yenes en otras áreas). El derecho de “residencia” viene acompañado también de un pasaporte de ingreso por un año. Así puede “visitarse”.

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