POR: EDUARDO AZATO S. / Ed.221 DIC.2022-ENE.-FEB.2023
La última vez que KYODAI MAGAZINE realizó un informe de este tipo -siempre basados en números oficiales del gobierno- fue en el 2018. Cuatro años después, teniendo al medio una pandemia mundial, el número de peruanos en Japón casi no varió.
Después de casi tres años, desde octubre reciente, el gobierno japonés decidió abrir “sin restricciones» sus fronteras, con lo que se reanudó la llegada de visitantes extranjeros para todos los fines.
Ello, aparte de robustecer la economía local – antes de la pandemia los ingresos por concepto de turismo fueron la tercera fuente de renta para el país procedente del extranjero, luego de la exportación de vehículos y productos químicos- debe alentar la llegada de personas ligadas a proyectos empresariales y la vuelta de decenas de miles de estudiantes del exterior.
Y con ello, obviamente, un aumento de la presencia de extranjeros residentes en el país.
El último reporte del Ministerio de Justicia, a través de los informes semestrales que emite la Oficina Nacional de Inmigración, reveló que un total de 2 millones 700 mil 635 extranjeros residen en el país. Hasta diciembre del 2019, meses antes que el mundo conociese la crisis del COVID-19 y se comiencen a cerrar los aeropuertos de todo el mundo, vivían en Japón casi 3 millones de extranjeros.
De acuerdo a la investigación -que fue publicada en julio pasado-, por continentes, los extranjeros que viven en Japón proceden mayoritariamente de Asia (más de 2 millones 300 mil personas), seguido de Sudamérica (más de 268 mil), Europa (71 mil), Norteamérica (casi 70 mil), África (18 mil) y Oceanía (12 mil).
Por países, el registro da a conocer que 716, 606 son chinos, de Vietnam provienen 432,934 y 409,855 de los contabilizados tienen pasaporte surcoreano. Seguidamente, procede de Filipinas un número de 276,615 personas, 204,879 son de Brasil y hay 97,109 nepalíes.
El “Top Ten” lo cierran residentes de los siguientes países: Indonesia (59,820), Estados Unidos (54,162), Taiwán (51,191) y Tailandia (50,324).
Las prefecturas en las que reside la mayor cantidad son las siguientes: Tokio (más de 531 mil personas), Aichi (265 mil), Osaka (246 mil), Kanagawa (227 mil) y Saitama (197 mil). Completan la lista de los diez lugares con mayor vecindad llegada del exterior: Chiba, Hyogo, Fukuoka, Shizuoka e Ibaraki, en ese orden.
EL COLECTIVO LATINOAMERICANO
Respecto a los extranjeros de países del área latinoamericana, las cifras en relación a población casi no variaron en lo mínimo, con lo que la crisis del nuevo coronavirus no fue un motivo como para retornar a sus países.
Brasil continúa siendo el mayor colectivo, seguido de peruanos y bolivianos. Menos numerosos son, en ese orden: argentinos, mexicanos, colombianos y paraguayos (ver gráfico).
Luego de pasadas tres décadas desde que el llamado “Fenómeno Dekasegi”, trajo al Japón masivamente una cantidad inédita de migrantes llegados de Latinoamérica durante década y media, puede observarse que muchos de esos primeros inmigrantes ya ingresan o ingresaron al rango etario cercano a la jubilación laboral.
Un 11% de la comunidad brasileña (más de 22 mil personas) ya tiene más de 60 años. Entre los argentinos, este porcentaje se eleva al 16% (464 personas), y en los peruanos al 14% (6,725 personas, un número que supera al de toda la colectividad boliviana).
En contraste, un 17% de los bolivianos (1,053) se encuentra en la edad escolar formativa que abarca desde la primaria a la secundaria básica, obligatorias en este país (5 a 15 años). En brasileños y peruanos este porcentaje es del 13% (26 mil y 6 mil personas, respectivamente).
LOS PERUANOS
El colectivo de peruanos en este país está conformado por 48,291 personas, según datos dados a conocer por el Ministerio de Justicia, medición que abarcó hasta diciembre del 2021.
El número de personas registradas con nacionalidad peruana aumentó en 35 personas, comparado al anterior registro de 48,256 peruanos residentes en Japón, como conclusión de un estudio que abarcó datos hasta diciembre del 2020, exactamente un año antes.
El mayor número de ellos sigue residiendo en las prefecturas de Aichi (más de 7 mil) y Kanagawa (más de 6 mil), mientras que en Tottori y Saga, respectivamente, viven solo tres.
Pero, como en otras colectividades latinas, la peruana también tiene frente a sí otro desafío a afrontar: el envejecimiento de su comunidad, que motiva una situación que debe hacer reflexionar sobre lo que podría presentarse a muy corto plazo.
A las prioridades de años atrás: adaptación y conocimiento al sistema laboral y las obligaciones como residentes, así como lo concerniente a la escolaridad de los menores; desde hace algunos años, debe sumarse una más: qué hacer cuando la edad avance y se deba lidiar con las limitaciones propias de convertirse en un adulto mayor.
Cuando en 1990 los cambios en la Ley de Inmigración del Japón permitieron la llegada de descendientes de japoneses con un tipo de visa especial que les permitía trabajar en el país, la comunidad peruana sumaba 10, 279 personas. De ellas, poco más de 7 mil tenía entre 20 y 40 años, lo que representó el 71% del total.
Más de tres décadas después, el número de peruanos se quintuplicó y hoy más de 16 mil personas (34% de la comunidad) superan los 50 años. Recordemos que el mayor registro de peruanos en el país se registró en el año 2008, cuando otra investigación similar reveló la presencia de 59,723 migrantes.