TEXTO Y FOTO: MARIO CASTRO GANOZA / Ed.226 DIC.2023 – ENE.FEB.2024
Un fenómeno urbanístico que se registra en Japón, si se le puede catalogar como tal, es que salvo las avenidas principales a las cuales se les da un número o un nombre, el resto de calles no tiene nombre.
A esto hay que añadirle que por lo general, las casas, locales o edificios no colocan en la entrada la numeración que les corresponde, sino placas con el nombre del edificio, el nombre de la familia o simplemente no colocan nada. De allí que cuando se registra una emergencia y alguien llama al servicio de ambulancias o la policía, para dar la dirección del incidente lo más rápido es ubicar un poste de teléfono o de energía eléctrica en los cuales se coloca una placa con la dirección del lugar.
Ahora bien, si las casas y edificios carecen de direcciones visibles, ¿cómo hacen los carteros para entregar la correspondencia?
Por lo general, cada oficina de correos tiene los planos urbanos de la zona que le corresponde a cada cartero, planos que el trabajador postal estudia al detalle hasta memorizarlos por completo. Adicionalmente y con el transcurrir del tiempo, el cartero llegará a memorizar los apellidos de las personas que viven en su jurisdicción, al punto de llegar a saber quién es quién en un determinado barrio. Increíble pero cierto.