TEXTO Y FOTO: MARIO CASTRO GANOZA / Ed.226 DIC.2023 – ENE.FEB.2024
En Japón se cree que la sal espanta los malos espíritus, la mala suerte y purifica, de allí que se la coloque siempre en casas y locales comerciales y se la utilicé en deportes como el sumo, en el cual y antes de cada pelea, los luchadores tiran sal dentro del círculo donde se enfrentarán con la finalidad de purificarlo.
En los escenarios de los teatros también se suele esparcir sal con la finalidad de que la función salga bien, y de que los malos espíritus no influyan en el desempeño de los actores, una costumbre que sin embargo ha caído mucho en desuso.
Si se acude a un velorio los participantes rociaran granos de sal sobre sí mismos para alejar el dolor por la partida del difunto, mientras que una persona deprimida también puede rociarse sal para ahuyentar la depresión, entre muchos otros usos.
En una casa o local la sal se coloca no solo en la puerta de entrada sino también en la cocina o el baño, en un pequeño plato y con la forma de un pequeño cono llamado morishio.
Esta costumbre de utilizar la sal como elemento purificador proviene del shintoismo, considerada la religión nativa de Japón.