KYODAI MAGAZINE Ed.228 MAYO-JUNIO 2024
En el año en el que se cumplen tres décadas y media de la llegada masiva de trabajadores peruanos al Japón, un libro bilingüe revisa desde diversos ángulos la historia de la comunidad peruana.
Este año se cumplen 35 años desde que, en forma organizada y grupal, llegaron los primeros trabajadores peruanos a laborar en las fábricas japonesas, proveyéndoles de mano de obra en los últimos años de la “burbuja económica” japonesa.
La diáspora recibió la denominación de “Fenómeno Dekasegi” con decenas de miles de latinoamericanos de origen japonés recorriendo el camino inverso al que muchas décadas antes hicieron sus padres y abuelos, también inmigrantes en pos de mejores horizontes.
Existen muchas publicaciones en relación al colectivo de los peruanos residentes en Japón (libros, artículos, investigaciones y tesis que son difundidas principalmente en ámbitos académicos) y casi la totalidad de ellas están escritas en inglés o japonés.
En febrero de este año, coincidiendo con estos 35 años de presencia en Japón, fue presentado en un simposio en la prefectura de Mie, el libro “Peruanos en Japón, pasado y presente” -Peruukara Nihon-no Dekasegi 30 nenshi, su título en japonés- que reúne siete textos que revisan desde diferentes perspectivas esta historia de los peruanos en Japón.
El libro tiene la particularidad de haber sido editado en dos idiomas, algo inédito en este tipo de publicaciones, lo que permitirá al lector en japonés acercarse a la historia y realidad de la comunidad de peruanos del Japón. Por otro lado, ha de constituirse en un documento para que las nuevas generaciones de peruanos aquí, sepan de dónde vienen y el entorno en el cual sus familias se desarrollaron en el país.
Para los lectores en español y los propios protagonistas de esta historia de inmigrantes, será una buena oportunidad de hacer una evaluación de lo que ha ocurrido en estas tres décadas y la forma cómo ha venido evolucionando su propia historia.
Este proyecto editorial comenzó a ser esbozado poco antes de la pandemia y llevó casi tres años concretizarlo. Coordinaron la tarea los sociólogos japoneses Naoto Higuchi y Nanako Inaba, cuya experiencia en todos los procesos de la publicación fue invalorable.
LA HISTORIA EN SIETE CAPÍTULOS
Entre los autores de los textos figuran académicos en Ciencias Sociales, especializados en investigar comunidades extranjeras en Japón, los propios trabajadores que llegaron en los primeros años, así como miembros de la segunda generación de peruanos, hijos de estos migrantes, que tienen su propia valoración sobre lo que significa pertenecer a este colectivo.
Se conglomeran entonces en este material: el rigor de la investigación y la estadística para analizar el desarrollo de la comunidad peruana a través de los años, junto al relato de primera mano, vivencial y emotivo, de quienes se aventuraron a cambiar de vida en un país ajeno; así como también la particular experiencia de quienes desde pequeños han aprendido a alternar entre dos vertientes culturales que han tenido influencia en su formación como personas y profesionales.
En el primer capítulo, titulado “El retorno: Dekasegi en Moka”, Jaime Takahashi -que fue funcionario de una empresa contratista y hoy labora en el municipio de la ciudad, ubicada en la prefectura de Tochigi-, escribe sobre la forma cómo se ha desarrollado la comunidad peruana en esa ciudad, la primera que recibió a los migrantes sudamericanos. La trayectoria de los peruanos en Japón bien puede comenzar a contarse desde esa localidad en la que pasaron su primera noche en Japón miles de latinoamericanos antes de ser enviados a laborar en fábricas de todo el país. Aún viven allí “dekasegi” desde los primeros días.
Eduardo Azato es periodista -colaborador de KYODAI MAGAZINE desde hace muchos años- trabajaba en un diario de la comunidad “nikkei” en Perú, en donde llegó a redactar artículos relacionados a los primeros días del “Fenómeno Dekasegi”. Poco tiempo después, él también tomó el avión hacia Tokio para trabajar en una fábrica de autopartes. Durante tres décadas ha venido escribiendo para muchos medios de prensa nacidos en el seno de la comunidad latina. Desarrolla en el segundo capítulo los hechos noticiosos locales e internacionales que causaron mayor impacto entre los peruanos del Japón y la particular forma en la que, como comunidad, respondieron a estos acontecimientos.
¿Laboralmente, los peruanos en Japón están mejor hoy, a diferencia de cuando comenzaron a llegar en los 90?, ¿cómo la gran crisis mundial del 2008 afectó esta situación?, ¿qué le depara el futuro a esta comunidad? Son algunas de las preguntas que intenta responder en el tercer capítulo del libro la investigación realizada por el profesor Naoto Higuchi, de la universidad de Waseda,en torno a la evolución de la situación laboral de los peruanos, basada en cientos de entrevistas a personas con experiencia laboral en Japón desarrolladas a lo largo de una década.
Treinta años después, como colectivo, la comunidad peruana no ha conseguido consolidar una red de instituciones y asociaciones en la que puedan alternar. Sigue siendo una tarea por realizar. En el cuarto capítulo, José Bravo Kohatsu, que llegó al Japón de pequeño y se formó académica y profesionalmente en este país, analiza, desde la parte organizativa, a esta comunidad. Cómo peruano de “segunda generación” en Japón -y autor de varias investigaciones sobre las generaciones más jóvenes de hijos de migrantes-, su óptica sobre lo que debe ser una asociación de peruanos en este país resulta interesante.
La profesora Rosa Ochante Muray, de la universidad San Andrés -que llegó muy joven a reunirse con sus padres inmigrantes-, analiza en el quinto capítulo del libro la fe de los peruanos a partir de una investigación sobre la procesión del Señor de los Milagros, uno de los eventos más significativos y tradicionales que la comunidad peruana no ha dejado de realizar desde 1990, cuando tuvo lugar el primer homenaje al Cristo Morado en la prefectura de Hyogo.
Los peruanos sin documentos que les permitiera residir y trabajar en Japón se llegaron a contar por miles en los primeros años. La imagen del Japón como nuevo “El Dorado” de los 90, el destino a elegir para ir a laborar y obtener bonanza, no se limitó solamente a los “nikkei” y no fueron pocos los que, sin tener origen japonés, también se arriesgaron por todos los medios -lícitos o no- a trabajar en las fábricas japonesas. Sus historias también se revelan en el sexto capítulo escrito por la profesora Nanako Inaba, de la universidad de Sophia.
Finalmente, en el sétimo capítulo, a través de un relato personal, cálido e intimista, Carlos Ochante, profesor de la universidad Naragakuen, cuenta la historia de su padre, un inmigrante que desde el primer día que llegó al Japón buscó que adaptarse a la cultura del nuevo país de residencia y a hacer todos los esfuerzos por interrelacionarse a través del idioma universal de la música, expresión que le permitió también mostrar las cosas buenas del Perú a los japoneses.
El libro está a la venta en el portal Amazon o también solicitándolo directamente en la editorial Impact Shuppankai (https://impact-shuppankai.com/)