PUERTO DE CHANCAY: 3 VISIONES Y UN LAMENTO

POR: MARIO KIYOHARA / Ed.230 OCT-NOV 2024

En el Perú, estamos pronto a inaugurar el puerto de Chancay, una mega obra financiada con capital chino (Cosco Shipping, una de las 5 mayores navieras del mundo) y que, se estima, colocará al Perú a la vanguardia del tráfico marítimo en la región.

Con tecnología de punta basado en 5G, automatización, reconocimiento facial y uso de energías renovables, el puerto de Chancay se convierte en un “Smartport”, al igual que Rotterdam (Países Bajos), Barcelona (España) o Qingdao (China). Capaz de trabajar 24/7 y de recibir naves de gran calado, las expectativas son muy grandes para el comercio marítimo, y expertos aseguran que el puerto modificará el equilibrio geopolítico de la región. Por ello recabamos la visión que desde fuera (China, EEUU y Sudamérica en general) tienen de Chancay y sus expectativas.

China:
Desde la perspectiva de China, el nuevo puerto de Chancay brinda oportunidades económicas y geopolíticas significativas. China ha estado invirtiendo en América Latina en los últimos años como parte de su iniciativa de la Franja y la Ruta. El desarrollo del puerto de Chancay podría proporcionarles a los productos chinos una ruta más directa hacia el mercado sudamericano, reduciendo en 10 días la travesía entre Sudamérica y China (y por ende reduce los costos de transporte); y también permitiría una mayor participación en la explotación de los recursos naturales de la región, donde ya es dueña de diferentes e importantes minas en Chile, Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú. Además, el puerto de Chancay podría fortalecer la influencia política y económica de China en Perú y en la región en general, lo que podría afectar las dinámicas geopolíticas en América Latina.

Estados Unidos:
Desde la perspectiva de Estados Unidos, el nuevo puerto de Chancay es motivo de preocupación debido a que podría tener implicancias tanto económicas como geopolíticas en la región. Como uno de los principales socios comerciales de Perú, la expansión y modernización del puerto podría incrementar las oportunidades de comercio bilateral entre Chancay y Los Ángeles; sin embargo, la preocupación mayor de EEUU es el riesgo que China se consolide en la región, ya que China ha estado expandiendo su presencia en América Latina a través de proyectos de infraestructura y acuerdos comerciales.

De igual manera, Estados Unidos advierte sobre riesgos a la seguridad cibernética. “Lo que está sucediendo en América Central, del sur y El Caribe no es nuevo para el mundo. Ha ocurrido en otros lugares también. Ahora llegó el momento y tenemos que tomar nota. No necesitamos superar a los chinos, tenemos que competir con nuestras soluciones. La cibernética encabeza la lista ¿Quién va a tener toda esa información, esos datos del puerto a través de escáneres?”, apuntó Laura Jane Richardson, general de cuatro estrellas del ejército y jefa del comando sur de los Estados Unidos durante la Novena Conferencia Anual de Seguridad Hemisférica (HSC) que se celebró en Florida International University (FIU). Debido a ello, una opción que se maneja en el país del norte es el desarrollo del megapuerto de Corío (Arequipa) con el fin de equilibrar la balanza geopolítica y trabajar con el cono sur sudamericano.

Sudamérica:
Desde la perspectiva de Sudamérica, el nuevo puerto de Chancay podría funcionar como un hub logístico para aumentar las exportaciones sudamericanas hacia Asia y otras partes del mundo. Para Colombia, Ecuador, Chile y Bolivia, su conectividad terrestre y portuaria al Perú le ofrece la oportunidad de enviar más productos a Asia, más rápido y al menor precio, haciéndolo más competitivo. Para Brasil se abre una oportunidad por aprovechar, buscando junto con China la viabilidad de la construcción de un tren bioceánico que lo conecte con Chancay, y mediante éste, se interconecte con los países de la zona sur (Argentina, Uruguay, Paraguay). Cabe resaltar que los dos puntos que conectan el Atlántico con el Pacífico, el Canal de Panamá y el Estrecho de Magallanes presentan problemas (sequía y heladas respectivamente) que encarecen el comercio internacional.

Un lamento:
Si bien el desarrollo de un nuevo puerto genera expectativas y es indudable que va a generar importantes ingresos para la alicaída economía peruana, también se levantan voces de preocupación en materia ambiental. ONGs ambientalistas alertan que diferentes ecosistemas naturales se van a perder con la presencia del puerto. Un ejemplo de ello es la implementación de rompeolas, que cambia la configuración natural de la corriente marina, crea empozamientos que harían imposible la vida marina y con ello la actividad pesquera.

Asimismo, la presencia de barcos de gran calado implica pérdida de combustible y utilización de materiales de limpieza y mantenimiento que irán directamente a la orilla, afectando las playas, los bañistas y la práctica de deportes náuticos. Mención aparte es que desde que se iniciaron los trabajos de construcción del puerto, las aves migratorias se han reducido en presencia en los humedales de la zona norte de Lima, afectando de esta manera el ecosistema.

Conclusión:
No sabemos a ciencia cierta lo que deparará el destino con respecto al desarrollo del puerto de Chancay, si la expectativa que tenemos es demasiada (como ocurrió con la carretera interoceánica hace 20 años) o si será lo que nos faltaba para dar el gran salto como país. Por lo pronto nos quedamos con la opinión del gremio del comercio exterior peruano
COMEX: “Si bien la relación entre el Perú y China se caracteriza por un intercambio comercial sustancial y un atractivo mercado para inversiones en proyectos de infraestructura, minería y energía, es importante destacar que nuestro país continúa acogiendo la inversión extranjera de diversas economías, siendo Reino Unido, España, Chile y EE. UU. los principales actores en este sentido. Por ello, la prioridad sigue siendo forjar alianzas mutuamente beneficiosas y garantizar la conformidad con las regulaciones pertinentes. Estas estadísticas motivan a un mayor número de países a invertir en el Perú, siempre con la meta de contribuir al progreso económico y social del país, independientemente del posicionamiento geopolítico en el mundo, y de los simpatías o antipatías de terceros”

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