ESPERANZA, UNA EMPRESA LATINA QUE CUIDA A LOS JAPONESES

Kyoko y Akira Chinen, una pareja de peruanos que cuida de los japoneses

ED.235 OCT-NOV-DIC 2025

Akira y Kyoko Chinen es una pareja de peruanos que dirige lo que casi con seguridad es la primera y única empresa de latinoamericanos dedicada al cuidado de ancianos y personas con discapacidad en todo Japón. Una empresa que comenzó en el 2011 casi por necesidad, que la pareja de esposos decidió bautizar con el nombre de Esperanza, y que no ha dejado de crecer dentro de un rubro de trabajo cada vez más solicitado en este país, cuya población envejece a pasos agigantados.


¿Por qué le pusieron el nombre Esperanza a su empresa?

Kyoko Chinen. El nombre formal de la empresa es Kabushiki Kaisha Esperanza, y le pusimos ese nombre porque cuando la creamos teníamos la esperanza de que llegaran tiempos mejores. Y así ha sido.

Lo que pasa es que nosotros creamos la empresa poco después del terremoto de Tohoku, que generó un desastre nuclear, un tsunami que mató a más de quince mil personas y que paralizó a medio país. El terremoto, que ha sido el más potente que afectó a Japón en toda su historia, fue el 11 de marzo del 2011, y al día siguiente la contratista donde trabajaba mi esposo lo despidió, y pocos días después la fábrica donde yo trabajaba cerró. Allí fue cuando decidimos crear la empresa y llamarla Esperanza.

Kyoko y Akira, ambos de 43 años de edad, llegaron a Japón cuando eran niños, él a los siete y ella a los 14 años, y en la actualidad llevan 19 años de casados, 15 de los cuales los han pasado tratando de posicionar una empresa dentro de un rubro en el que, a ellos, por ser extranjeros, no les ha sido fácil ingresar, pero, sobre todo, permanecer y prosperar como lo están haciendo.

Al mundo del cuidado de ancianos y personas discapacitadas se le denomina kaigo (cuidador) en japonés, y a quien trabaja en este rubro se le llama helpa (del inglés helper, ayudante). Un helpa brinda sus servicios de diferentes formas: en instituciones como asilos o casas de reposo, o a domicilio, ya sea a tiempo parcial o en formato de jornada completa. Esperanza ofrece servicios en esta segunda categoría, a domicilio, aunque ya ha comenzado a incursionar en la primera categoría.

En el 2017 y ante la enorme escasez de personal calificado japonés, el gobierno decidió crear la “Visa de Habilidades Específicas” para aceptar trabajadores extranjeros en este rubro, principalmente provenientes del Sudeste Asiático.

Sin embargo, seis años antes de que las autoridades decidieran tomar acciones concretas para solucionar la acuciante falta de mano de obra, Akira y Kyoko ya se encontraban navegando en un sector que, si se analiza, es uno de los sectores laborales más delicados en este país, porque el trabajo en sí mismo rompe varias costumbres o barreras culturales japonesas, como por ejemplo la del contacto físico en una sociedad cuyos miembros no acostumbran tocarse, o el tener que ingresar a la vivienda del paciente, un espacio que los japoneses reservan casi exclusivamente para los familiares y amigos más cercanos.

¿Por qué decidieron incursionar específicamente en el rubro del kaigo, por qué no hacerlo en otro sector más práctico y sin tantas restricciones?

Akira Chinen. Porque nos conmovió la forma amable en que los ancianos le daban las gracias a nuestro personal por la ayuda que les brindaban.
Lo que pasa es que Esperanza nació como una empresa contratista porque yo tenía experiencia en este campo, y entre los lugares a los que enviábamos personal se contaban varios asilos de ancianos. Cuando realizábamos visitas de rutina a los asilos para controlar el trabajo de nuestro personal, comenzamos a observar cómo los viejitos le daban las gracias a nuestro personal, y eso nos conmovió. Se puede decir que fue la razón principal. Posteriormente, conocimos empresarios del rubro del kaigo que nos ofrecieron ayuda para incursionar en este rubro, y como teníamos el personal y los conocimientos del trabajo, decidimos enfocarnos únicamente en este sector, pero ofreciendo servicios a domicilio.

Cuando Akira indica que tenían conocimientos en el trabajo de kaigo, se refiere a que Kyoko, desde que trabajaba en la fábrica y posteriormente, cuando pasó a ayudar a su esposo en la empresa contratista, ya contaba con los certificados oficiales que la acreditaban como helpa.

“Cuando nos metimos de lleno en el servicio de kaigo desempolvé mis títulos y comencé a estudiar cursos de especialización para conocer a fondo el sector. Actualmente he obtenido todos los certificados que se pueden obtener dentro de este trabajo, y eso nos sirve para preparar bien a nuestro personal”, explica Kyoko, cuya empresa cuenta actualmente con 60 helpa de tres nacionalidades: japoneses, peruanos y brasileños.

“Para trabajar como helpa en Japón es necesario pasar por una capacitación que te brinda el Estado. Nosotros contratamos personas que tengan esta certificación y, a partir de allí, las capacitamos para que realicen el trabajo a domicilio. Porque no es lo mismo trabajar en un asilo o casa de ancianos, donde hay otras personas que te pueden ayudar, a hacerlo solo en la vivienda del paciente”, añade la peruana, cuya empresa tiene su central en la ciudad de Kumagaya, motivo por el cual ofrece servicios en las ciudades circundantes tanto de la prefectura de Saitama como de Gunma.


¿Cuál es el principal problema que se les ha presentado en todos estos años de trabajo?

Akira. El propósito de Esperanza desde que comenzamos a trabajar en este rubro ha sido colocar profesionales extranjeros dentro de la comunidad local, y desde el principio tuvimos el gran problema de que los japoneses no aceptaban que los extranjeros trabajen en sus casas. En los asilos nunca hubo problema de que trabajen extranjeros, pero en el servicio a domicilio nos costó entre cuatro y cinco años ganarnos un espacio en el mercado. La verdad es que sufrimos bastante y nos frustrábamos porque sabíamos que podíamos dar un buen servicio, pero no nos terminaban de aceptar. Hasta que, poco a poco, con mucho cuidado y esfuerzo, haciendo las cosas de la mejor forma posible, fuimos abriendo puertas y ganándonos una reputación.


En este camino por labrarse un nombre y ampliar el marco de sus actividades, Esperanza decidió apostar, y hace cuatro años, en el 2021, fundó la NPO Kibo no Yashi, a la cual le siguió la implementación del Centro de Cuidados de Niños con Necesidades Especiales Esperanza KIDS y más recientemente, desde el pasado 1 de setiembre de este año, el Tiida no Kibou, un local físico de servicios diarios con capacidad para 20 personas, donde brindan recreación, alimentación, higiene y ejercicios para ancianos, a los cuales transportan ellos mismos con una pequeña flota de vehículos preparados específicamente para tal fin.

“En nuestro local solo se ofrecen servicios durante el día, pero en casos especiales podemos aceptar pacientes que se queden a dormir durante una o dos noches. La licencia que tenemos nos permite ofrecer este servicio durante cinco noches al mes”, reseña Kyoko.

A pesar de que acaban de inaugurar el local de servicios diarios, ¿tienen algún otro plan a mediano o largo plazo?

Akira.
En realidad, ya estamos en conversaciones para alcanzar nuestra meta principal, que sería inaugurar nuestro propio asilo de ancianos sin descuidar los servicios a domicilio. Pero es una meta a mediano plazo.

Desde un punto de vista comercial y tomando en cuenta el progresivo envejecimiento de la población japonesa, un asilo parece ser una buena inversión, un plan de negocios perfecto.

Si se le enfoca desde una óptica humana, uno de los parámetros que determinan qué tan bueno es un país es el cuidado que este país le brinda a sus ancianos, y dentro de este esquema, Esperanza se convierte en una herramienta fundamental para que Japón logre darle una buena calidad de vida a todos aquellos que convirtieron a Japón en el país que es hoy.

Pero si se analiza desde el punto de vista social o migratorio, ¿se imaginan lo útil y ventajoso que sería para las colectividades latinoamericanas tener un asilo donde se hable su propio idioma?

Los servicios de Esperanza son accesibles a través del Kaigo Hoken así como de manera particular.

VERSION PDF