Bicentenario del Perú

POR: RYOMA TOKATSU / Ed.212 MARZO-ABRIL 2021

El monumento de San Martín vigila la plaza que lleva su nombre en el centro de Lima. Doscientos años después, la gesta libertaria motiva a superar retos modernos como país (Foto: Andina)
El monumento de San Martín vigila la plaza que lleva su nombre en el centro de Lima. Doscientos años después, la gesta libertaria motiva a superar retos modernos como país (Foto: Andina)
Una oportunidad para analizar y reflexionar sobre lo que queremos como país

El próximo 28 de julio el Perú cumplirá 200 años como país soberano, luego de que nuestra independencia de España fuese declarada oficialmente por el general don José de San Martín el 28 de julio de 1821.

Y como toda celebración importante, este cumpleaños patrio es propicio para hacer un balance del pasado y reflexionar sobre el futuro, mucho más si el 11 de abril, tres meses antes de apagar 200 velitas para celebrar nuestra transición de virreinato a república, deberemos elegir al presidente y los congresistas que nos gobernarán durante los siguientes cinco años.

Diversas actividades oficiales se vienen llevando a cabo, entre ellas, la emisión de monedas conmemorativas del Bicentenario (Foto: Andina).
Diversas actividades oficiales se vienen llevando a cabo, entre ellas, la emisión de monedas conmemorativas del Bicentenario (Foto: Andina).

Cuando el país que ahora llamamos Perú luchaba por independizarse de la corona española, reclamó que sus hijos tomaran las armas y ofrecieran su vida para lograr asegurar su futuro como nación independiente. Doscientos años después, ese país que todos aseguramos amar vuelve a reclamar la ayuda de sus hijos pero no como soldados, sino como ciudadanos comprometidos, responsables y honestos que puedan rescatarlo de las garras de la corrupción, y ayudarlo a superar la crisis de valores y gobernabilidad que lo carcome por dentro.

Retos continuos

Construir el país que queremos no será una tarea fácil, nunca lo ha sido, porque el Perú desde su mismísimo nacimiento como república independiente, ha debido enfrentar retos aparentemente imposibles de superar, según registra la misma historia y veremos a continuación.

Cuando uno piensa en la independencia del Perú, tiende a teñirla con las características propias de una gesta que buscó romper el yugo tirano y absolutista de la monarquía española, para instaurar la democracia y la igualdad de derechos para todos los peruanos, al más puro estilo de lo que había sucedido menos de 30 años antes con la Revolución Francesa, un movimiento social y político que se inició en 1789 y culminó una década después, y que inspiró e inició una serie de revueltas y rebeliones libertarias a lo largo y ancho de Europa principalmente, pero también del resto del planeta.

Sin embargo, tanto San Martín como Simón Bolívar, si bien buscaron la independencia del Perú, no trataron de establecer igualdad de derechos ni un sistema de gobierno libre y democrático para sus habitantes. La mejor prueba de ello, señalada incluso por la historia oficial, fue que San Martín llegó a proponer como forma de gobierno para el naciente país, una monarquía que tuviese como mandatario a un príncipe o rey llevado desde Europa, mientras que Bolívar, mucho más egocéntrico, redactó una nueva constitución en la que todo el poder se concentraba sobre su propia figura.

El 28 de julio San Martín proclamó la libertad del Perú en cuatro plazas de la ciudad de Lima, la primera declaración y la más importante fue en la Plaza Mayor (Foto: Andina).
El 28 de julio San Martín proclamó la libertad del Perú en cuatro plazas de la ciudad de Lima, la primera declaración y la más importante fue en la Plaza Mayor (Foto: Andina).
La primera vez que San Martin declaró la independencia del Perú lo hizo en la ciudad de Huaura, en 1820, desde este balcón que se conserva hasta la fecha (Foto: Andina).
La primera vez que San Martin declaró la independencia del Perú lo hizo en la ciudad de Huaura, en 1820, desde este balcón que se conserva hasta la fecha (Foto: Andina).

Otra prueba fehaciente de que la independencia no significó igualdad ni democracia para todos los peruanos, fue que luego de la gesta libertaria los esclavos siguieron siendo esclavos en el Perú, y solo 33 años después, en 1854, el en ese entonces presidente Ramón Castilla decretó la libertad de los esclavos pero no sin antes, pagar por cada uno de ellos a sus propietarios con dinero del Estado.

Este episodio, fue solo el primero de una serie de retos históricos que el Perú ha ido superando a lo largo de los años, retos que han incluido desde debacles económicas, golpes de estado y guerras hasta un movimiento terrorista que causó más de 70 mil muertos. Ahora el país enfrente problemas de otra índole, problemas típicos de sociedades frágiles y sin instituciones, problemas como la corrupción, la discriminación y el racismo, la delincuencia, la explotación laboral, la intolerancia, y la violencia familiar y social.

Problemas que sólo podremos solucionar, por muy trillado que suene, asumiendo todos y cada uno de nosotros, nuestro rol ciudadano, un rol que demanda el cumplimiento de nuestros deberes y la vigilancia de nuestros derechos, una de cuyas principales manifestaciones es la elección responsable de nuestras autoridades.

El Perú necesita de la participación cívica ciudadana para superar los retos que le presenta el Bicentenario (Foto: Andina).
El Perú necesita de la participación cívica ciudadana para superar los retos que le presenta el Bicentenario (Foto: Andina).

Objetivos de la conmemoración

Creado para planificar y organizar oficialmente la conmemoración, el “Proyecto Especial Bicentenario de la Presidencia de Consejo de Ministros” propuso diversos objetivos que buscan señalar la ruta que deberá seguir el país:

Sin corrupción. Un país que fortalece sus instituciones democráticas, activa todos los mecanismos para la lucha contra la corrupción y que la entiende como un lastre para el desarrollo.

Igualdad de oportunidades. Un país que acorta las brechas de pobreza y desigualdad, con avances importantes en infraestructura y reformas sociales que ponen en el centro a las personas. Un país que combate con firmeza la violencia de género y forja espacios de convivencia libres de cualquier discriminación e intolerancia.

Diálogo y reconciliación. Un país dialogante y en paz en el que se promueven y consolidan espacios de encuentro y reconocimiento en pro de que vivamos una ciudadanía solidaria, justa y dialogante.

Sostenibilidad. Un país que valora su megadiversidad y concibe el desarrollo como indesligable del cuidado del medio ambiente. La conservación del medio ambiente es un valor ciudadano básico transversal, inculcado desde la infancia y abordado de manera intersectorial desde el gobierno.

Integración y competitividad. Un país que se sitúa a la vanguardia del desarrollo social en la región. Al interior del país, forjamos una nación integrada y conectada, se fortalecen los mecanismos para el trabajo articulado entre sectores y regiones en favor de una visión geopolítica común.

Identidad y diversidad. Un país con identidad que construye su historia tomando como base su poderosa cultura milenaria y su diversidad cultural como fuente inacabable de creatividad. El Perú hace de esta conmemoración un motivo para pensar y tomar perspectiva del tipo de nación que se quiere ser de cara al futuro.

El 11 de abril los peruanos deberemos elegir a un nuevo presidente y congresistas, un buen preámbulo para iniciar las celebraciones del Bicentenario (Foto: Andina).
El 11 de abril los peruanos deberemos elegir a un nuevo presidente y congresistas, un buen preámbulo para iniciar las celebraciones del Bicentenario (Foto: Andina).

 

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