COMBATIENDO AL VIRUS ¿LISTOS PARA VACUNARSE?

POR: EDUARDO AZATO S. / Ed.213 MAYO-JUNIO 2021

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La luz al final del oscuro túnel. Es lo que puede representar el inicio de la inmunización contra el COVID 19 en varias partes del mundo.

Japón inició su proceso de vacunación a mediados de febrero y fue el último de los países más industrializados en hacerlo -rezagado, incluso, con respecto a varios países del área latinoamericana-, pese a que ya había asegurado dosis suficientes para toda su población, provenientes de tres laboratorios.

Muchos observadores creen que esta demora del gobierno (dos meses, si se compara con el inicio de la inmunización en Inglaterra y Estados Unidos) fue deliberada, hasta garantizar que las vacunas fueran importantes, seguras y efectivas, porque no quiere cometer errores que atenten contra la salud de la población, que han llevado a que los japoneses tengan poca seguridad en las vacunas.

Un estudio de la publicación científica “The Lancet” que medía la confianza por vacunas en 149 países, entre los años 2015 y 2019, registró que sólo un 30% de las personas en Japón creía que las vacunas eran seguras, comparado a un 50% en los Estados Unidos. Una desconfianza que tiene su historia. En la década del 70 fue sonado el caso de fallecimiento de dos niños que se inocularon con una dosis que combatía la difteria, el tétano y la tosferina. La campaña fue temporalmente suspendida, pero la confianza de la población fue golpeada. Posteriormente, a fines de los 80 hubo también temor tras la introducción de una vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), suspendiéndose la inyección combinada, que se reemplazó por vacunas individuales.

Más recientemente, en el 2013, el gobierno eliminó del programa nacional una vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) que causa cáncer de cuello uterino, por supuestas reacciones en algunos casos de niñas que se vacunaron.

“LENTO” COMBATE AL COVID-19

En medio de la tercera ola de contagios, el gobierno decidió vacunar gratuitamente a alrededor de 126 millones de personas del país. La decisión de hacerlo es libre para cada persona, aunque los expertos consideran que solo con un número cercano al 75% de la población, se conseguirá la tan ansiada inmunización.

Más de dos meses después de haberse iniciado la vacunación con los profesionales que combaten la pandemia en primera línea (unos 20 mil médicos y enfermeras de un centenar de hospitales), los desafíos se incrementan con la presencia de las nuevas cepas del virus en Japón, lo que obliga a acelerar los tiempos de la campaña, teniendo al frente la amenaza de tener que lidiar con una cuarta ola de contagios.

La lentitud con la que viene desarrollándose el programa por varias razones (las dificultades de tipo logístico en los gobiernos locales, o la demora del gobierno en aprobar el uso de vacunas de otros fabricantes como AstraZeneca o Moderna, lo que hace depender de las existencias que tenga Pfizer en sus almacenes, etc.) hará imposible que la pretendida “vuelta a la normalidad” ocurra en el verano, como se calculaba. Muchos científicos, como el médico Shibuya Kenji, director del Instituto de Salud de la Población del King’s College de Londres, creen que la vacunación de toda la población, “con suerte”, tomará el año entero, como declaró a la CNN.

Continuando con el programa, en marzo se ha debido empezar a distribuir dosis a 4,7 millones de miembros de otras instituciones sanitarias (hospitales y clínicas), mientras que en la segunda mitad de abril se pretendía iniciarla en personas mayores de 65 años (36 millones). Seguidamente, entre mayo y junio, se continuará con otros grupos considerados prioritarios como 8,2 millones de personas con enfermedades crónicas, 2 millones de trabajadores geriátricos (asistencia a ancianos) y 7,5 millones de personas de edades entre 60 a 64 años.
Se espera que la vacunación para el resto de la población se inicie en el mes de julio.

LAS VACUNAS A USARSE

Hasta el momento, el gobierno japonés ha firmado contratos con Pfizer, Moderna y AstraZeneca por un total de 314 millones de dosis de vacunas (lo que posibilitará, si se tiene en cuenta que se deben recibir dos dosis en los tres tipos adquiridos por Japón, inmunizar a 157 millones de personas, suficiente para toda la población del país).

El programa de vacunación en Japón se ha iniciado aplicando la proporcionada por el laboratorio estadounidense Pfizer, la primera en obtener la autorización para usarse en el país y que asegura un 95% de inmunización contra el virus. Se han adquirido 144 millones de ellas a entregarse durante todo este año.

También se han reservado 50 millones de vacunas elaboradas por la también americana Moderna, que ofrece 94,5% de efectividad, que servirán para proteger a 25 millones de personas.

Finalmente, está la desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, ambas británicas, que se han comprometido a entregar un número de 120 millones de dosis (parte del total será producido en laboratorios japoneses). Esta vacuna sería más fácil de manipular logísticamente, ya que puede conservarse en temperaturas de 2 a 8 grados durante medio año, según fuentes del Ministerio de Salud. Se calcula su efectividad en un rango del 70 al 90%.

Finalmente, se espera que a partir de febrero del año que viene (2022) se inicien las pruebas clínicas de la llamada “vacuna japonesa” de Novavax, que será fabricada y distribuida por los laboratorios Takeda. De aprobarse su uso, había capacidad de producir anualmente un número de 250 millones de dosis.

Taro Kono, el "Zar de las Vacunas" en Japón.
Taro Kono, el «Zar de las Vacunas» en Japón.

PREPARATIVOS PARA EXTRANJEROS

No fueron pocos los residentes extranjeros que se mostraron preocupados por saber si estaban incluidos o no en el programa de vacunación que el gobierno japonés inició en febrero. El propio Ministro de Reorganización Administrativa, Taro Kono, nominado también el “Zar de las Vacunas” por el Primer Ministro Suga, fue el encargado de comunicar que los extranjeros registrados con residencia en Japón también estaban contemplados para recibir la vacuna gratuita.

Luego del anuncio, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, así como algunos gobiernos prefecturales y municipales también se apresuraron a ejecutar estrategias para atender a sus residentes extranjeros, como parte de los preparativos para la vacunación masiva.

Como ocurrirá con toda la población, los extranjeros que posean certificados de residencia (juuminhyo) también recibirán en sus casas una comunicación escrita de las autoridades municipales, anunciando el inicio de las vacunaciones en la ciudad, tras lo cual deberán hacerse las reservas -por teléfono o internet-, de aceptar participar en el proceso de inmunizaciones. Al cierre de esta edición, no había informaciones sobre si estas comunicaciones estarán traducidas a otros idiomas, fuera del japonés. Por este motivo, es necesario estar atentos a las informaciones que se publiquen en las páginas en internet de las municipalidades de residencia, desde donde se darán informaciones específicas.

Las autoridades regionales están tratando de superar una serie de obstáculos para que el mayor programa de vacunación en la historia del país sea exitoso.

Los gobiernos locales son parte fundamental de la campaña de inmunización, y en tiempo récord deben ver todo lo concerniente a asegurar los locales de vacunación con la capacidad deseada, velar por la seguridad de los pobladores en ellos, brindar la información respectiva sobre los procedimientos, etc., todo ello frente a la amenaza constante que el contagio se propague en sus áreas.

El Ministerio de Salud puso a disposición una línea telefónica (0120-565653, de 9 a.m. a 9 p.m.) en donde se resuelven consultas sobre las vacunas, con atención hasta en ocho idiomas, incluyendo el español.

El gobierno de la prefectura de Gunma también abrió un teléfono (0570-783-910) dirigido a la comunidad extranjera para resolver cualquier interrogante sobre las vacunas. La atención se da en hasta 19 idiomas.

En Gunma han habilitado un número de teléfono que resuelve inquietudes sobre las vacunas en hasta 20 idiomas.
En Gunma han habilitado un número de teléfono que resuelve inquietudes sobre las vacunas en hasta 20 idiomas.

En la capital de la prefectura de Aichi, a través de su centro internacional (Nagoya International Center) desde marzo se puede obtener mayores informaciones sobre las vacunas en esa ciudad, llamando al 050-3135-2252, con atención en nueve idiomas.

La ciudad de Yamato, en Kanagawa, donde viven alrededor de 7,300 extranjeros provenientes de más de 80 países, anunció que en los lugares en donde se realizarán las vacunaciones habrá presencia de traductores voluntarios en 20 idiomas, para prestar auxilio a quienes no entiendan el japonés. La ciudad iniciará este servicio a partir de junio, una vez finalizada la vacunación a los ancianos, con la anticipada reservación del uso de servicio de traductores. Oki Satoru, alcalde de la ciudad, reveló que desea que los extranjeros puedan recibir las vacunas con tranquilidad, eliminando las barreras del idioma.

Ayase, otra ciudad de Kanagawa, tiene la presencia extranjera más densa de la prefectura: 5% de su población total. En declaraciones a NHK, funcionarios municipales refirieron que los cupones a distribuirse entre los extranjeros, así como las explicaciones relacionadas, están escritas en “yasashii nihongo” (japonés fácil) para su rápido entendimiento. Además de ello, se piensa contratar un grupo de traductores con experiencia en términos médicos para, vía remota a través de tabletas electrónicas, auxiliar a los médicos en la traducción, cuando deban vacunar a personas extranjeras.


Los primeros en vacunarse
PONIENDO EL HOMBRO

Probablemente, cuando lea esta nota, ellos ya habrán completado las dos dosis necesarias para combatir al COVID 19.
Estos peruanos, por su trabajo o su condición, figuran dentro de los grupos prioritarios para recibir la vacuna y serán de los primeros en “poner el hombro” en este proceso de inmunización que se inició en Japón recién a mediados de febrero pasado.

La enfermera Rebeca Yasuda, de Tochigi, acompañada de su madre y hermano. "Protegerme para proteger a los otros", dijo.
La enfermera Rebeca Yasuda, de Tochigi, acompañada de su madre y hermano. «Protegerme para proteger a los otros», dijo.

“Solo sabemos que nos tocará recibir la vacuna en marzo, pero todavía no tenemos otros detalles como el lugar en el que se aplicará ni la fecha exacta”, nos decía a mediados de marzo pasado Rebeca Yasuda, una enfermera peruana de 24 años que reside en Tochigi y que trabaja hace dos en el Seinan Iryou Center Byouin de la vecina ciudad de Sakai, Ibaraki.

Rebeca suele realizar sus labores en los consultorios de Pediatría y también de Ortopedia y no tiene dudas en vacunarse. “Aunque no hay contacto con casos de pacientes con coronavirus, la posibilidad de contagiarse siempre existe, por lo que considero que debemos protegernos y proteger a los demás. Felizmente, no soy alérgica a medicamentos, ni sigo tratamiento por enfermedad alguna”, revela.
Añade que en casa siempre le consultan sobre la conveniencia de recibir la vacuna, y que han decidido en familia (sus padres y dos hermanos) hacerlo cuando les toque el turno.

Su situación es similar a la que vive José Carlos Sato, un técnico en asistencia geriátrica (helper) que trabaja en un asilo en el que se atiende una veintena de ancianos en Kanagawa. “Tengo entendido que conformamos el tercer grupo a vacunarse, luego del personal hospitalario y los adultos mayores. Y aunque de parte de nuestro centro de trabajo aún no hay información oficial en relación a fechas, usando una aplicación que ve esto de las vacunas, luego de registrar tus datos, lugar de residencia y tipo de trabajo, probablemente me toque hacerlo a mediados de junio. Me parece, aunque no estoy seguro, que también estamos dentro de las personas a las que se nos notificará por correo cuándo hacerlo”, comenta.

Sato revela que en el año que llevamos en pandemia, las medidas para prevenir los contagios cada vez se pusieron más rigurosos, empezando con controles constantes de temperaturas, hasta la prohibición tanto de salidas para rehabilitación de los ancianos internos, como el ingreso de otros trabajadores del área de cuidados que hacen atención ambulatoria. “Pese a que muchos tienen dudas acerca de la efectividad y la reacción a las vacunas, por mi parte creo que es necesario hacerlo por el trabajo que desempeño, y solo estoy esperando la hora en que me toque hacerlo”, dijo.

Los esposos Yaeko y Emilio Villalobos, de Gunma, celebraron hace poco 61 años de casados. Ellos esperaban recibir la primera dosis de la vacuna en abril.
Los esposos Yaeko y Emilio Villalobos, de Gunma, celebraron hace poco 61 años de casados. Ellos esperaban recibir la primera dosis de la vacuna en abril.

Los esposos Villalobos-Ygue, Emilio y Yaeko, son adultos mayores y viven en la ciudad de Isesaki, en Gunma, con su hijo Yuri. Con 84 y 81 años, respectivamente, la pareja también espera la comunicación de la municipalidad que les indique las instrucciones para inmunizarse.
“Todo este año solo hemos dejado la casa solo para nuestras consultas rutinarias en el hospital o alguna salida obligada rápida. Siempre respetando todos los protocolos de seguridad como el uso de mascarillas y desinfección de manos con alcohol”, cuenta don Emilio.

“En familia también hemos tenido que organizarnos con esto de la prevención, dado que solo mi esposa y yo salimos a hacer las compras; estuvimos muy preocupados, sobretodo en esos días en que en Isesaki se reportaron varios focos de infección. Felizmente esa época ya quedó atrás”, comenta Yuri.

Como todos, aún no saben detalles sobre el programa de vacunación. “Consulté con mi médico y me dijo que todavía no se sabía para cuándo, pero que nosotros seríamos los primeros a los que iba a llamar avisando, nos dijo”, refiere doña Yaeko.

Les pregunto si tienen algún tipo de duda en cuanto a inocularse. “De ninguna manera. Confiamos en las autoridades de Salud y los médicos y solo queda seguir los procedimientos que nos indiquen”, revelaron.

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