LA RUTA DEL BONSAI

TEXTO Y FOTOS: EDUARDO AZATO / Ed.226 DIC.2023 – ENE.FEB.2024

En Saitama, una villa dedicada a este arte milenario

En Saitama se encuentra la “Tierra Sagrada del Bonsái”, con parte de los mejores y más antiguos ejemplares del mundo. KYODAI MAGAZINE fue a admirarlos.

El bonsái llegó al Japón, como muchas cosas de su tradición, desde la China, y literalmente significa “plantar en envases”. El nombre con que se le conoce en el mundo, así como la depurada técnica que permite ver toda la belleza y características de diferentes tipos de árboles a escala pequeña, tuvieron su origen en Japón, perfeccionando técnicas que buscan imitar el desarrollo de un árbol normal a escala pequeña, mostrándolo en toda su belleza y vigor.

«Goyomatsu» (pino blanco) de 350 años. Un solo bonsái pudo haber sido trabajado por hasta varias generaciones de artistas.
Un «shimpaku» de 800 años es uno de los ejemplares de más edad entre los que se exhiben en el Museo de Arte Bonsai de Omiya.

Siglos atrás era una práctica exclusiva de los grupos de poder y castas sociales privilegiadas, con el curso de los años, la experiencia se “democratizó” y en Japón dedicarse a criar un “árbol enano” fue compartido por shogunes y pueblo en general, del que salieron los grandes maestros.

La robustez de sus raíces pueden darnos una idea de la edad y los innumerables cuidados que el bonsái ha recibido por sus artistas

DEL JAPÓN AL MUNDO

El bonsái es un arte que hoy se practica en todo el mundo, pero su “internacionalización” solo ocurrió hace una décadas, cuando se organizaron eventos especiales para mostrarlo como parte de su cultura tradicional.

Para la EXPO 70 (la Exposición Mundial realizada en Osaka en 1970, que se repetirá en un par de años), el gobierno organizó una muestra de bonsái con muchos ejemplares que pertenecían a los criadores de Villa Bonsai, y que fueron admirados por miles de visitantes extranjeros durante los seis meses que duró el evento. Fue de los pabellones más concurridos.

En 1989 se organizó en Saitama la primera Convención Mundial de Bonsái, que durante cuatro días reunió a más de un millar de amantes del bonsái de 32 países que se deleitaron con demostraciones y clases maestras de los mejores artistas japoneses.

Hace seis años, la convención internacional volvió a realizarse en Saitama en su octava edición. El tema fue “Bonsái, hacia los siguientes 100 años”, y trazaba el objetivo de difundir al mundo el bonsái para las nuevas generaciones. La convención reunió a 120 mil visitantes de 40 países del mundo.

Las ramas y el tronco de este junipero japonés han sido armoniosamente moldeados. Un trabajo de siglos de dedicación.

LA RUTA DEL BONSÁI

En lo que años atrás fue la ciudad de ?miya (hoy Saitama-shi, igual que la prefectura a la que pertenece), se encuentra todo un barrio dedicado a este arte tradicional que atrae por igual a visitantes locales y extranjeros.
Le llaman Villa Bonsái, apodada también como “La Tierra Sagrada del Bonsái” y la integran el Museo de Arte Bonsái de ?miya, junto a seis jardines particulares vecinos, administrados por la familia de grandes cultores de la tradición que están abiertos al público.

Los conocedores recomiendan visitar, complementando la visita al museo, los viveros T?jien, Manseien (imperdible, pertenece a la familia Kato, uno de los apellidos célebres del bonsái japonés desde el siglo 19), Shosetsuen, Seik?en, Fuy?en y Ky?kaen.

Históricamente, desde la época de los señores feudales, los jardineros que cuidaban sus jardines vivieron en la zona que hoy corresponde al distrito de Bunkyo, en Tokio. Durante el período Meiji, algunos de estos jardineros se especializaron en criar bonsáis.

En 1923, tras el Gran Terremoto de Kanto que dejó en cenizas varios sectores de la parte central de la capital, algunos de estos maestros decidieron mudarse a otra región y eligieron en 1925 trasladarse a la ciudad de ?miya, en Saitama, lugar en el que se afincaron integrándose en un barrio al que llamaron la Villa Bonsai, bajo su propia administración. Durante la década del 30 alrededor de treinta especialistas en bonsái integraban esta comunidad que hoy está cerca de cumplir un siglo.
El Museo de Arte Bonsái de ?miya se añadió a la vecindad en marzo del 2010, llevando a otro nivel esta “Ruta del Bonsái”, tras crearse el primer museo público del bonsái. Su fundación no solo tuvo como objetivo mostrar a los visitantes los mejores trabajos de los artistas, sino también el expandir el conocimiento y la investigación sobre la cultura del bonsái.

El museo comenzó exhibiendo más de un centenar de piezas maestras, tanto de ejemplares trabajados durante siglos por varias generaciones de jardineros, sino también todo lo que tenga que ver con bonsáis: envases de colección (macetas y vasos que reciben el nombre de bonki), piedras decorativas suiseki, así como pinturas, esculturas y materiales destinados a realzar la presencia de los árboles que han sido artísticamente trabajados.

El museo posee ambientes en interiores y al aire libre para exponer los ejemplares. El recorrido se inicia mostrando bellos bonsáis utilizados para adornar salas en tres estilos tradicionales de decoración, de acuerdo a la estación y el estilo de las habitaciones (zashiki kazari). A través de un código QR, se puede tener también la descripción de las exhibiciones en idiomas como el inglés, chino, japonés y coreano.
Existe también un salón de exhibiciones llamada Casa de las Cuatro Estaciones, en el que tienen lugar exhibiciones especiales de arte e historia del bonsái. Este ambiente puede estar cerrado durante la curaduría y preparación de las muestras.
En el área externa se podrá apreciar un extenso jardín en el que se exhiben en la actualidad unos 60 bonsáis de todo tipo y edad, destacando un junípero japonés (shimpaku) de alrededor de 800 años y un pino blanco (goyomatsu) de 350 años.

«Yamamomiji» (arce japonés), al inicio del presente otoño, cambiando el color de sus hojas.

CÓMO LLEGAR
Probablemente sea más fácil llegar a la Villa Bonsái de Saitama por tren. Se encuentra a unos cinco minutos caminando desde la salida este de la estación Toro (JR Línea Utsunomiya) o la estación ?miya-koen de la línea Tobu Urban Park (Línea Noda).

MÁS SOBRE EL BONSÁI


*QUÉ ES: Bonsái significa cultivar en un envase. Se trata de controlar las dimensiones del árbol a utilizarse para que crezca naturalmente en un tamaño pequeño, a través de técnicas que envuelven la poda, trasplante, alambrado, etc., con lo que podemos modelarlos con libertad. Requiere algunos cuidados básicos para que se mantengan vivos a través de los años.


*CÓMO APRECIARLO: Sitúese frente al bonsái y mírelo no solo de frente, sino también desde los  lados. Las obras maestras nos muestran un resultado armónico entre todas las partes del árbol entre sí, las que varían, según la posición desde las que las apreciemos. Obsérvelo también desde abajo, y preste mucha atención a la forma y recorrido de sus ramas, así como de sus raíces, si éstas están visibles.


*VALOR INCALCULABLE: Hoy la práctica de bonsái está muy difundida y hay información sobre ella en todo lugar. Hay obras que no tienen valor material y que significan mucho, como por ejemplo un pino blanco japonés de 400 años que sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima. Fue donada en 1975 por  el maestro Masaru Yamaki a los Estados Unidos como regalo en el bicentenario de la independencia del país. 


*ÁRBOLES EN MINIATURA: Los bonsáis muestran una apariencia en cada época del año, dependiendo del tipo. Algunos, como el cerezo se muestran en su espléndida belleza durante la floración en primavera, mientras que otros ejemplares como el arce o un manzano, las hojas y frutas de otoño. 


*BONSAI TERAPIA: Hay varios estudios científicos que indican que la práctica del bonsái, o el simple hecho de apreciarlos, influye provechosamente en la salud. Como práctica similar a la horticultura, criar un bonsai permite unir relax, entretenimiento y estimulación artística, fortaleciendo los valores personales, emocionales y curativos. Encontraron que es especialmente útil como terapia preventiva en hospitales psiquiátricos, residencias de ancianos y orfanatos.
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