POR: MARIO CASTRO GANOZA / Ed.223 MAYO-JUNIO 2023
Los mercados de pulgas han pasado de ser ventas de garaje a lugares donde se paga hasta con tarjeta de crédito
Se organizan en todas partes los fines de semana y días feriados, se han convertido en verdaderas atracciones turísticas que las agencias de viaje incluyen en sus recorridos por la ciudad, aceptan pagos con tarjeta de crédito o monedero electrónico y sus precios, hace bastante tiempo que dejaron de ser económicos.
Nos referimos a los free market o mercadillos de segunda mano, esos espacios donde antes la gente acudía a vender aquello que le sobraba en casa, y que actualmente son como boutiques al aire libre donde junto a baratijas de 300 ó 500 yenes, abundan las antigüedades, piezas de colección, joyas, piezas vintage y en general, artículos que fácilmente pueden alcanzar precios de decenas de miles de yenes.
Este repentino auge de los mercados de pulgas como espacios donde se venden cosas mucho más refinadas y caras fue impulsado principalmente por la pandemia, ya que al ser puestos de venta al aire libre, permitía escapar a los peligros del virus. A la vez, la situación económica generada por la pandemia, ha obligado a que mucha gente se decida a vender cosas que en tiempos normales no hubiera ofertado.
Cuando aparecieron, los free market o fur?m?ketto (???????? ) comenzaron a ser llamados “nomi no ichi” o espacios de pulgas, porque en Japón las pulgas se asocian con lugares no muy limpios y llenos de trastos viejos, porque como ya explicamos, la gente acudía a estos espacios a vender aquello que le sobraba en casa.
Estos espacios de regateo constante y de la búsqueda incesante de la ganga, nacieron en Japón hace muchos años, nadie sabe exactamente cuántos, pero se popularizaron según coinciden diversas fuentes cuando a la burbuja económica nipona se le comenzó a escapar el aire, allá a principios de los años 90.
Otra cosa en la que muchos están de acuerdo, es que los “antepasados” de los mercados de pulgas son los populares “Charity bazar” (Bazar de Caridad), que una vez al año como mínimo, organizan muchas iglesias locales (principalmente cristianas) e instituciones diversas, con la intención de recaudar fondos para una obra específica.
En estos bazares, los organizadores e iglesias desempolvan las donaciones recibidas a lo largo del año, los feligreses hacen otro tanto con los regalos o las compras excesivas que nunca usan, y todo se vende a muy buen precio para realizar obras caritativas.
Un factor determinante que ha contribuido al nacimiento y la popularidad de estos mercados callejeros de segunda mano en Japón, es el espacio o mejor dicho, la ausencia del mismo. “La falta de espacio es uno de los motivos principales por los que la gente vende sus cosas en estos mercados” explica un voluntario relacionado a la Sociedad Ciudadana de Reciclaje de Kawasaki, localidad ubicada en la prefectura de Kanagawa.
“Japón sigue siendo una sociedad consumista. Las personas compran continuamente cosas que luego no utilizan y no tienen donde almacenar porque las casas son chicas”, explica la fuente, cuya entidad organiza más de 30 free market en las prefecturas de Tokio, Kanagawa, Chiba y Saitama a lo largo de todo el año.
Otra causa que convierte a muchos japoneses de compradores compulsivos a vendedores de todo lo que sobra en casa, son las disposiciones municipales, las cuales especifican por ejemplo que si una persona quiere botar un televisor (considerado “desperdicio especial” dentro de la clasificación de la basura) deberá pagarle al sistema de recolección del municipio, 2.500 yenes en promedio.
En todo caso debemos felicitarnos de que existan estos espacios, porque los mismos promueven el reciclaje y la reutilización de cosas.
La forma
La mayoría de estos free market se organizan en amplios espacios como canchas de béisbol, fútbol o centros de exposiciones para que haya espacio para todos. Las entidades organizadoras son, por lo general, privadas, porque los municipios y prefecturas no meten la nariz en el asunto aunque sí lo apoyan.
En estas ferias el número de vendedores va de los 100 a los 400 aproximadamente, cada uno de ellos pagando una cantidad promedio de 3,000 yenes por participar. Los precios de inscripción pueden variar de un mercado a otro.
Algunos de los mercados de pulgas más populares en el archipiélago y que todavía se siguen organizando luego de la pandemia, son el Togo-no-Mori Nomi-no-ichi que se desarrolla en el Santuario Togo, ubicado muy cerca de la estación JR Harajuku y que recibe a sus compradores el primer domingo del mes.
Otro bastante concurrido es el que se lleva a cabo en el Tokyo International Forum, lujoso complejo que se encuentra a una centena de metros de la estación JR Yurakucho, y que funciona cada primer y tercer domingo del mes.
Famoso también es el Kyoto Toji Garakuta-ichi & Kobo-ichi que se organiza en el templo Toji ubicado a 10 minutos a píe desde la estación central JR Kioto, y que se organiza el primer domingo y el día 21 de cada mes.