POR: JUAN CARLOS MATHEWS S. / ED.233 MAYO-JUNIO 2025
Trump y el ajedrez económico global: ¿amenaza o oportunidad para el Perú?
Decisiones globales, efectos locales
Cuando ocurre un problema en el Perú, suele afectar básicamente a los peruanos. Cuando ocurre algo en Estados Unidos o en China el impacto suele afectar en mayor o menor medida a todos.
En un mundo fuertemente globalizado, la adopción de medidas proteccionistas como las planteadas por el actual presidente de Estados Unidos derivan en medidas similares en “reciprocidad” por parte de las mayores economías afectadas como es el caso de Canadá y la Unión Europea.
Sin embargo, considerando los antecedentes en EEUU (aranceles al acero y al aluminio durante el primer gobierno de Trump) y los efectos nocivos que generan estas medias (mayor inflación en EEUU, menor comercio mundial y por tanto desaceleración de la economía global), pareciera ser más bien una estrategia de negociación uno por uno lo que pretende el mandatario estadounidense. En el caso particular de México, por citar un ejemplo, los puntos a negociar después de la amenaza de mayores aranceles: flujo migratorio, tráfico de drogas y balanza comercial.
Perú -EEUU: Aclarando Dichos y Hechos
Para poder explorar los posibles impactos en la economía peruana es importante tener en cuenta algunos datos relevantes.
a) Para el Perú, Estados Unidos representa el segundo mercado comprador de productos y servicios peruanos, después de China. Sobre el valor total exportado durante el 2024, Estados Unidos pesa 13%. Hace diez años, era nuestro principal mercado de destino. Sin embargo, para Estados Unidos el Perú representa un error estadístico. El total de lo que Perú exporta al mundo entero considerando todos sus sectores equivale a menos de lo que Estados Unidos importa en una semana.
b) El Sr. Trump ha expresado su preocupación por el hecho de mantener una balanza comercial deficitaria con muchos de sus socios comerciales. En el caso de Perú sucede lo contrario: la balanza comercial bilateral Perú-Estados Unidos es favorable para ellos.
c) Aduce además el Sr. Trump que en los Tratados de Libre Comercio establecidos por Estados Unidos con diferentes países se ha beneficiado a esos otros países y sus industrias más que a las empresas norteamericanas. Nuevamente en el caso de Perú sucede lo contrario.
Cuando se negoció el Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos existía previamente un mecanismo llamado ATPDEA, la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga que permitía a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú exportar a Estados Unidos sin pagar aranceles. El TLC posibilitó que estas ventajas de acceso se hicieran permanentes con lo cual se ofrecía mayor predictibilidad para las inversiones en el Perú orientadas al mercado norteamericano. Por su parte, Estados Unidos no tenía ninguna ventaja particular para ingresar al Perú con sus productos y servicios. Por lo tanto, en la relación bilateral ellos salieron más favorecidos.
Perú: Escenarios Posibles
Si tenemos en cuenta que el Sr. Trump sigue amenazando con aranceles de diferentes niveles a diversos sectores y productos mientras el Perú tiene vigente un Tratado de Libre Comercio que entró en marcha a partir del 1° de febrero del 2009, Perú aparece como una plaza atractiva para invertir y destinar la producción a la aún principal potencia del mundo.
Dos escenarios:
a) “Jugar al muertito”, es decir pretender pasar desapercibido por Estados Unidos y mantenernos en una situación de ventaja para atraer inversiones en diferentes industrias.
b) Asumir una posición proactiva entendiendo que el malestar de Estados Unidos con respecto al Perú y otros países de América Latina reside en la creciente participación de China en sectores cada vez más estratégicos (Infraestructura, Energía, etc.). La participación de Cosco Shipping de China con el 60% de la inversión en el recientemente inaugurado puerto de Chancay motivó incluso que un asesor del presidente Trump le sugiriera que la carga que fuera embarcada desde Chancay hacia EEUU también tuviera tratamiento similar a la carga procedente de China.
Propuesta
Apostando por el segundo escenario, sugerimos lo siguiente:
Acelerar en el Congreso de la República del Perú, la aprobación de la Ley de Zonas Económicas Especiales (ZEE) con lo cual sumaríamos un argumento poderoso para convocar inversión local y extranjera. Aunque no somos partidarios de los subsidios, es importante ser pragmáticos. Los vecinos de Colombia, Ecuador, Uruguay por citar algunos ejemplos disponen de Zonas Económicas Especiales exoneradas del Impuesto a la Renta de manera temporal. Para competir en este esfuerzo por capturar inversiones, respaldamos el Impuesto a la Renta Cero como está planteado en la propuesta de Ley. El efecto multiplicador de estas inversiones genera empleo directo e indirecto además de tributación derivada en favor del estado.
Organizar Road Shows sólidamente armados con una cartera de proyectos de inversión y/coinversión. La presencia de MINCETUR, MEF, BCR y RREE acompañada de líderes empresariales de sectores seleccionados sería fundamental. Priorizaría dos mercados en particular: Estados Unidos y Brasil al amparo de ventajas super importantes: 1) Perú cuenta con 23 Tratados de Libre Comercio, entre bilaterales y multilaterales. Se accede a través de ellos a 58 economías del planeta. 2) El binomio Chancay-Callao permite llegar al mercado asiático con una reducción de fletes de al menos diez días, al convertirse en un real hub para carga de América con destino Asia. 3) La inversión en las ZEE significaría además la ventaja señalada de exoneración del impuesto a la renta de manera temporal. Tres ventajas categóricas.
A pesar de la incertidumbre política a la que pareciéramos estar acostumbrados y la preocupante situación de la seguridad ciudadana que no puede ni debe esperar a un cambio de gobierno, los indicadores macroeconómicos siguen permitiendo que la economía continúe creciendo y uno de los motores clave, sin lugar a dudas, se llama INVERSIÓN.
Eco. Juan Carlos Mathews S.
Vicepresidente de Internacionalización, Corporación Educativa San Ignacio de Loyola | Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales, USIL