¡A SEGUIR PRODUCTIVOS! EMPRENDIMIENTOS PARA +50

POR: MARIO KIYOHARA /  Ed.228 MAYO-JUNIO 2024

En días pasados tuve el grato placer de conocer por casualidad en Lima a una persona de 57 años que me comentó que hasta hace poco residía en Japón trabajando como muchos en una fábrica de alimentos, y que como la mayoría de nuestra generación le dijeron “otsukaresama y que te vaya bien”. Pasado el obvio impacto de quedarse sin empleo de un día para otro, tenerla difícil para conseguir otro y con los ingresos en cero, optó por regresar a Lima después de 3 décadas fuera del Perú. Su opción fue ingresar a la universidad a ser un “cachimbo de las 5 décadas” y darse la oportunidad de adquirir conocimiento y un título que le permita un ingreso por los años futuros. Decisión que aplaudo y me emociona, terminando la conversación con un ofrecimiento a apoyarle en la medida de mis posibilidades.


Quizá resulte poco habitual conocer de estos casos universitarios, pero lo que sí es común ver que el grueso de toda una generación de peruanos y latinos en general se encuentran en la situación delicada de “jugarse los descuentos” de su vida laboral en Japón, sin que eso signifique perder la capacidad de ser física y mentalmente productivos.

Si bien cada historia de vida es única y las decisiones que se tomaron en cada paso son personales, estamos viendo que hay un número indeterminado de personas que han optado por regresar al país de origen, prioritariamente para reducir costos, con esa mezcla de alegría y a la vez de incertidumbre por lo que le espera, o mejor aún, por lo que debe de forjar nuevamente.

Pero, aunque no lo parezca, un peruano no regresa vacío. Trae una mochila de experiencia y visión de mundo que puede marcar la diferencia entre los nacionales. Un migrante en Japón ha pasado por tantas cosas que entiende lo que atraviesa un extranjero en Perú. Evita hacer un juicio de valor sobre las diferencias culturales latinas y japonesas porque se da cuenta que todo tiene de bueno y malo. Y asume porque es parte de su vida la forma japonesa de atender y servir a un cliente (okyakusama) que es diametralmente diferente a lo que se acostumbra en Perú.

Navegando un poco sobre el tema, les presento algunas opciones que resultan interesantes y viables en el mercado peruano:

  • Cafetería con temática. Perú vive un boom del café y tenemos una riqueza en variedad y procedencias.
  • Tienda de accesorios funcionales. Innumerables productos de uso cotidiano que se diferencian por ser novedosos o “kawaii” pueden ser ofrecidos tanto de manera física como virtual.
  • Página de consejos varios. La experiencia lo dice todo. Si lo tuyo es comunicarte y tienes el conocimiento del uso de las redes sociales para transmitirlo, esta es una opción que se vuelve rentable haciendo un “mix” con el punto 2.
  • Servicio a domicilio. ¿Tienes experiencia en electricidad, mecánica, preparación de alimentos y otros? Las puertas están abiertas para alguien que viniendo de Japón es sinónimo de responsabilidad, respeto y garantía.
  • Transporte privado. Al igual que el punto anterior, se hace atractivo una persona que viniendo de Japón “se trae” valores como responsabilidad, dedicación y respeto para ser conducido al trabajo o para encargarle recoger a los niños de la escuela.
  • Agente Inmobiliario. Un curso de 6 meses, una acreditación y ya puedes dedicar parte de tu tiempo a ayudar a las personas a conseguir “la casa de sus sueños”. Eso sí, se necesita mucha paciencia…
  • Vendedor en tienda por departamentos. Una persona servicial, atenta, que se da tiempo para resolver dudas con una sonrisa y buenas maneras es lo que clientes y empresas necesitan.

  • Capacitación.
    La importancia de la generación X [1]es tal que diversos centros de enseñanzas ofrecen cursos, programas y carreras para adultos. Los hay desde universidades e institutos, como de Asociaciones y ONGs dedicadas en mayor o menor medida a brindar conocimiento de pago o gratuito como herramienta. Mención especial es la que brinda la Fundación Romero (https://www.becasgruporomero.pe/) con su programa “MTPE Generación Plata” que otorga becas para el aprendizaje en Gestión del Cambio y Transformación Digital, Dominio Office, Habilidades Blandas, Empleabilidad y Reinserción al Mercado Laboral, Comunicación Efectiva, Empezar a Vender, Aprendizaje Intergeneracional y Desarrollo Personal, dirigidos exclusivamente para mayores de 50 años.

    Dicho esto, vemos que las oportunidades están y cada uno es libre y responsable de construir su destino. Suerte.

[1] La Generación X, conformada por individuos nacidos entre 1965 y 1981, se forjó en un periodo post bélico marcado por la dificultad para asegurar empleo. Su filosofía de vida se centró en el trabajo y la productividad, alejándose de ideales más idealistas. Los Baby boomers, sus padres, vivieron una época envidiable con eventos culturales trascendentales, desde la formación de The Beatles hasta la caída del Muro de Berlín. La Generación X experimentó la evolución tecnológica, pero a pesar de adaptarse al mundo 4.0, muestra una menor dependencia de los smartphones en comparación con las generaciones siguientes, destacando por su identidad marcada por el individualismo, la ambición y la adicción al trabajo. Su vida se caracteriza por la estabilidad laboral y familiar, contrastando con los desafíos de su juventud.

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