POR: MARIO KIYOHARA / Ed.218 MAYO-MAYO 2022

“La tecnología es una herramienta, pero no un fin en sí misma, del uso que hagamos de esta dependerá su (re)evolución”. Mónica Gil-Casares, Fundación Codespa

Cada mañana, al abrir los ojos, estamos rodeados de tecnología. Un reloj despertador ya no timbra, sino te saluda con una voz suave al son de una melodía agradable y te menciona el clima y hasta te dice cómo dormiste.

Desde ahí, cada minuto que pasamos despiertos es dominado por la tecnología: nuestra ropa, baño, cocina, auto, oficina, etc. están ahí, listos para hacernos la vida más sencilla. Pero, ¿nos ayuda a mejorar nuestra vida o nos convierte en esclavos de ella?

Hasta hace poco, grandes como Facebook, Google, Amazon, entre otros, se han visto involucrados por aprovecharse de las comodidades que nos brindan; negociando con nuestra información, destruyendo a la competencia o generando monopolios.

Pero tampoco es como para encerrarse en una caverna. No todo está perdido. Diversas empresas y ONG´s han entrado al desarrollo tecnológico con el objetivo de innovar con el criterio de ser accesibles, asequibles, adecuadas y adaptadas. Y esta presión por promover tecnología innovadora que sea a su vez con ética ha llegado también a los grandes, que están adecuando sus objetivos y procesos de manera transparente.

Y al hablar de tecnología con propósito no solamente hablamos de grandes y caros artilugios que vemos en los comerciales de la televisión y que se convierten en el objeto del deseo. Mucha tecnología de Big Data, Inteligencia Artificial (AI), Impresión láser y otros van colaborando de manera silenciosa a mejorar las condiciones de un grupo determinado. Aquí les va unos ejemplos:

Drones para llevar vacunas de Swoop Aeroy y llevar sangre y medicinas de Zipline en África.
Clear My Record (USA) de Code for America, desarrolló un software que permite reducir el historial delictivo menor y su reinserción mediante la búsqueda de empleo y vivienda.
La Fundación EHAS (https://www.ehas.org/) en Guatemala redujo en 35% la tasa de mortalidad en embarazo y parto en zonas marginales con un sistema de identificación y monitoreo de riesgos.
La ONG Itwillbe (http://www.it-willbe.org) desarrolló una solución para encontrar niños perdidos o de la calle en la India e identificarlos mediante la biometría (lectura facial) para que puedan retornar a su hogar o rescatarlos de redes criminales.
Vizzuality utiliza big data para ayudar a agricultores y ganaderos en Colombia y Kenia a anticiparse a los cambios climáticos.
La ONG argentina Atomic Lab ha donado más de 1,000 prótesis de miembros mediante impresión 3D.
Por el lado comercial, Samsung lanzó su app “copiloto”, insertado en sus relojes que monitorea funciones vitales y predice los momentos previos a quedarse dormido al volante.

En fin, esta cuarta revolución industrial trajo y seguirá trayendo una serie de tecnologías determinantes para nuestra vida: la conectividad móvil, el blockchain, los chatbots, el big data, la inteligencia artificial, el cloud, la robótica, Internet de las cosas, la impresión 3D, etc. Pero se trata, como lo planteó Satya Nadella, CEO de Microsoft, de que en la industria de las nuevas tecnologías “nos preguntemos a nosotros mismos no solo lo que una computadora puede hacer, sino qué es lo que debería hacer”.