POR: EDUARDO AZATO / Ed.224 JUL-AGO-SEP 2023
Mimy y Tony Succar hablan de su primer disco juntos. De cómo los unió más, de la importancia de las tradiciones y la valoración del esfuerzo de los padres; de los pormenores de la grabación de “Sukiyaki” en salsa y lo que se viene. Todo en clima de rumba buena y guaguancó.
Son dos de los artistas peruanos más queridos no solo por su reconocida calidad artística, sino también por ese carisma y sencillez que irradian en cada aparición pública, sea por la tele -en los programas concurso de corte musical en los que fueron jueces- o en los conciertos que cada vez congregan multitudes donde quiera que se presenten.
El ganador de un premio Grammy americano y dos Grammy Latino presentó en mayo pasado lo último de su producción, un álbum de once temas titulado “Mimy & Tony” que marca oficialmente, con álbum propio, el lanzamiento de su madre, Mimy, como artista de proyección internacional.
Pero este disco es muchas cosas más. Es también un proyecto familiar que tuvo como principal objetivo el cumplirle a la reina del clan Succar – Tairaku un sueño largamente acariciado: grabar un disco que, tras oírlo, deja patente su gran calidad interpretativa y revela a la artista que durante décadas solo fue conocida para un público reducido.
Tony y su hermano Kenyi, también músico y productor, así como papá Antonio, “manager” de los artistas, han trabajado mucho durante dos años para que el disco viera la luz. Y es que son los principales admiradores de su madre como artista.
“En realidad no esperábamos tener tal acogida en tan poco tiempo. Gran parte de ello fue debido a que desde que se dio a conocer el vídeo de ´Sukiyaki´ la canción se viralizó a través de las redes sociales. Imagínate, el tema impactó en varios países, lo que significa que la gente está conectada con el proyecto. Entonces, ahora hay que hacer más salsa en japonés (risas)”, revela Tony, manifestando que la respuesta obtenida superó las expectativas que ellos mismos se crearon en el estreno.
“Mimy & Tony” es un álbum que convoca la participación de estrellas de la salsa como La India, Nora (de la Orquesta de la Luz), José Alberto “El Canario”, Pollo Brito, Haila Mompie y Cali Flow Latino, entre otros. Son 11 temas entre los que se encuentran “covers” de todos los tiempos como “Sukiyaki”, “Quimbara” o “Chabuca Limeña”, junto a temas originales como “Sin fronteras”, “Pa´lante un pie” y “Hoy es tu día”. Los arreglos incluyen ritmos afroperuanos como el festejo, landó, y vals criollo, junto a salsa dura y timba. Como para agradar a varias generaciones y gustos.
UN POCO DE HISTORIA
Su condición de inmigrantes es quizás otro factor por el que la gente se identifica mucho con ellos. Representan la historia de éxito de una familia peruana que a fines de los 80, cuando las cosas se pusieron realmente duras en el país, tomó la decisión de buscar mejores horizontes y, literalmente, mudarse con su música a otra parte. Días en los que el dinero cada vez valía menos por la hiperinflación y el terrorismo ponía en jaque al país.
Algo en común con otras tres millones de personas, los que conformamos el llamado “Quinto Suyo”, los peruanos que vivimos fuera del país. Quién, en nuestra región latinoamericana, no tiene un familiar o un amigo que haya migrado al extranjero. El destino de los Succar fue Florida, en los Estados Unidos.
La historia de la familia es conocida y ha sido difundida mucho en los medios de comunicación. Como cualquier inmigrante, Antonio y Mimy debieron en los inicios hacer todo tipo de sacrificios y trabajos para, en esos primeros días, brindarle lo mejor a sus dos hijos, Claudia y Tony, que tenía dos años cuando se mudaron.
Poco a poco, llegaron a encontrar un tiempo libre para, como trabajo secundario, desarrollar actividades artísticas que les significaban ingresos extras para el presupuesto familiar, algo que ya hacían en Lima. Así consiguieron crear su propia orquesta, “Mixtura” se llama, que comenzó a hacerse conocida animando fiestas y eventos entre el publico latino de Miami. Sus hijos también llegaron a formar parte de la orquesta desde que fueron adolescentes. Tony (que alguna vez quiso ser futbolista profesional) y Kenyi, estudiaron música y especializaciones afines a esta actividad.
El resto -los Grammys, los discos, la fama- ya es historia más reciente y conocida.
ESTRELLA A LOS 63
El episodio ha sido visto por muchos y aún está en el YouTube por si quiere emocionarse. Tony era “entrenador” en “La Voz Senior” -un programa concurso de canto para aficionados, de esos populares en varios países, en los que artistas famosos “enrolan” en sus equipos a intérpretes para instruirlos y llevarlos a la victoria- cuando de forma sorpresiva apareció su madre cantando. La presentación fue sensacional y la simpatía de doña Mimy (a través de un sabrosísimo “Quimbara” interpretado con pasión) dejó hipnotizada a la audiencia.
Fue cuando Tony se convenció que durante años tuvo un talento increíble en casa que merecía ser conocido por mucha más gente; el momento en que supo que tenía que ponerse a trabajar para producirle a su madre un gran disco de debut.
Mimy, de joven, tomó parte en actividades artísticas de la comunidad nipoperuana en Lima cantando canciones japonesas y hasta llegó a representar al Perú en el concurso Miss Nikkei Internacional en Brasil (a donde concurrían bellezas de origen japonés de países de las Américas) trayéndonos -como no podía ser de otra manera- la banda de “Miss Simpatía” en 1979. Enfrentar grandes públicos, entonces, era lo suyo desde entonces. Ser vocalista del grupo de su esposo, “Mixtura”, moverse por el escenario y hacer disfrutar al público, fue su habitat natural durante mucho tiempo.
Pero desde hacía un par de años era una ama de casa como cualquiera, dedicada casi íntegramente a cuidar de sus nietas, por lo que cambió su rutina de la noche a la mañana. Meses después de salir cantando en televisión, ya ganaba un premio “Luces” como “La Revelación Artística”, que le otorgó el importante diario El Comercio, y en estos días, nada menos que a los 63 años, está metida en la promoción de su disco debut. Bien dicen que los sueños están hechos para hacerse realidad.
¿Cómo te cambió la vida a partir de esa aparición en la tele?, le pregunto. “Ha cambiado totalmente. Recién estoy conociendo al detalle todo lo relacionado a esta actividad: la grabación, viajes, la promoción, la maratón de entrevistas, cantar junto a estrellas internacionales de la salsa, etc. He tenido que abandonar mi rutina y no ver a mis nietas tanto como quisiera, por ejemplo. Pero todo esto es una experiencia fascinante y lo principal es que estoy junto a mis hijos y esposo, que están muy pendientes de una. Este disco ha servido también para unirnos mucho más como familia, porque todos hemos puesto mucho esfuerzo para hacerlo. Estamos muy contentos con todo lo que está generando entre el público”.
“A pesar de haber trabajado con muchos artistas famosos y estar acostumbrados a ello, mis hijos me han ayudado muchísimo para que todo salga bien. Ésa es una de las cosas que también me ha hecho muy feliz: ver cómo se desenvuelven en el terreno profesional y recibir de ellos tanta comprensión y, sobre todo, paciencia. Todo esto para mi es nuevo y siempre me alentaron a hacerlo mejor”, comenta sobre cómo fue tener como productores a sus propios hijos.
“SUKIYAKI”: EL TEMA PRINCIPAL DEL DISCO
Una de las grandes sorpresas del álbum fue la participación de Nora Suzuki, vocalista de la recordada Orquesta de la Luz, cantando a dúo con Mimy y en su idioma original, la canción japonesa más conocida en el mundo: “Uewo muite aruk?”, internacionalmente conocida como “Sukiyaki”, cuyo clip de vídeo presentó a fans de todo el mundo el disco. Nora, tras grabar el tema, quedó encantada y le lanzó un piropo a la cantante, revelando que ella era un puente entre dos culturas, la peruana y la japonesa.
“Para mi fue todo un honor compartir esta parte del disco con ella, a quien siempre admiré. Es muy sencilla y profesional, y me hizo muy feliz que ella sienta como japonesa que de esta forma puede haber una conexión más profunda con los latinos y también las comunidades nikkei, posibilitando a través de la música este intercambio. Creo que Tony tuvo una gran idea al invitarla”, comenta Mimy.
“Fue increíble. La contacté a través de su Instagram, primero para saludarla. Conocía mi trabajo y me propuso trabajar algo juntos en el futuro, sin saber que era yo quien quería ofrecerle trabajar en una canción. Cuando le envié el arreglo de “Sukiyaki” le encantó y me dijo que nunca se le habría ocurrido hacer algo así. Ella es una figura internacional que sabe mucho de salsa y su reacción fue muy positiva, solicitándome enviarle la melodía para ella grabar su voz. Fue cuando le propuse viajar al Japón y grabarlo juntos. La suma de Nora al proyecto le ha otorgado mayor peso y que “Sukiyaki” sea el tema principal del álbum nos abrió muchas puertas en muchos canales de televisión para promover el disco. De otro lado, también estamos muy contentos con el clip de vídeo que grabamos en Tokio, un material audiovisual de gran calidad que ha gustado mucho internacionalmente”, relató.
LA GRATITUD, LAS TRADICIONES
Tony y la familia toda no solo han reivindicado públicamente el orgullo por su procedencia y todo lo que se refiera al Perú, sino también por su origen japonés y la unión de la familia. Cuando ganó el Grammy en el 2019, al recibir el trofeo tuvo unas palabras muy cariñosas recordando a don Guillermo, su abuelo. Visiblemente emocionado, le dedicó el premio “a ojiichan que hoy no pudo estar conmigo aquí”, se recuerda.
En una parte de “Sin fronteras”, una de las canciones más destacadas del disco, Mimy pregona: “Rojo y blanco para siempre / del Japón llevo la luz y un sol naciente / del Perú el sabor latino de mi gente / Soy la hija y la voz de dos continentes / Salsa caliente”. Paralos primeros compases de “Sukiyaki”, Tony usó los sonidos de un koto y tambores taiko japoneses. Es un álbum de salsa con muchos guiños a la cultura japonesa.
Le comento que en Japón existe un concepto muy tradicional conocido como OYAKOKO, que básicamente significa el tener actitudes y gestos de respeto, gratitud y obediencia a los padres y cuidar de ellos, apoyándolos cuando más lo necesiten; hacer algo por ellos que les otorgue satisfacción. Le pregunto a Tony si no hay algo de OYAKOKO en esto dededicarse de lleno a hacer realidad un disco para su mamá.
“Claro que sí, definitivamente uno ha visto esos gestos de mi madre hacia mi obaachan y ojiichan (abuelos) y la tradición sigue en nosotros como sus hijos. Remitiéndonos a la elaboración del disco, fue una cosa muy fuerte y hay que tener mucha pasión para hacerlo, porque el trabajo es verdaderamente arduo. Pudimos haber cumplido con esto del OYAKOKO y la tradición haciéndole solo una canción, pero once temas…OYAKOKO al máximo nivel (risas). Sí creo que seguir con las costumbres y enseñanzas es muy importante, en estos días en los que muchos jóvenes no le dan mucha importancia a lo del pasado. Las tradiciones y la familia son la base de la vida, y eso no puede cambiarse. Pero en el fondo, el disco es mucho más que eso. Tampoco mi mamá está haciendo esto por ella misma. El propósito es mucho más grande. Ella también está haciéndolo por los demás y está disfrutando del proceso porque la música es magia y está hecha para compartirla. Es una combinación de todo”, puntualizó.
Mimy y Tony Succar, luego de haber presentado a comienzos de junio en Miami el álbum en un gran show al que concurrió la propia Nora en su reencuentro con el público latino, preparan maletas para ponerle ambiente de fiesta a las celebraciones por las Fiestas Patrias que organiza Kyodai y que este año se mudan al barrio de Takeshiba, en la zona de la bahía tokiota. “Estamos muy agradecidos por la invitación y les llevamos un tremendo espectáculo para celebrar también los 150 años de amistad entre el Perú y Japón. Quiero enviarles un gran abrazo y esperamos reencontrarlos en breves días”, se despidieron.