UN ÍCONO TRANSPARENTE

TEXTO Y FOTOS: MARIO CASTRO GANOZA / Ed.225 OCT – NOV 2023

Se han convertido en uno de los íconos del Japón moderno y de la cultura pop japonesa, a pesar de ser uno de los utensilios más humildes y económicos que se puedan comprar en este archipiélago. Nos referimos a los paraguas de plástico transparente.

A quienes vivimos en Japón nos parece la cosa más vulgar que podamos utilizar en un país donde llueve más de siete (7) meses al año. Un objeto descartable que nos saca del apuro, que compramos por menos de 500 yenes y que luego botamos sin la más mínima contemplación.

Sin embargo, fuera de Japón este tipo de paraguas se ha convertido incluso en objeto de colección para los amantes de la cultura japonesa, ya que solo los venden en este archipiélago.

Llamados biniirukasa (biniiru, de vinilo –plástico-, y kasa, paraguas), la particularidad de estos paraguas es que al ser transparentes le dan al portador una visión general de por dónde camina, evitando tropiezos y permitiéndole esquivar los paraguas de otros transeúntes.

La transparencia de estos paraguas los ha convertido también, en el utensilio perfecto a la hora de grabar películas, series de televisión o incluso en los reportajes y enlaces en vivo que realizan los noticieros locales, ya que no obstruyen la visión de la cámara ni aparecen como una mancha en el centro de la pantalla cubriendo el panorama o el rostro de los protagonistas.

El lado malo del asunto es que al ser descartables y ser de plástico, estos paraguas son una fuente enorme de contaminación ambiental, sobre todo si se toma en cuenta que son usados por el 49,4% de la población japonesa según un reciente estudio, un porcentaje que se traduce en más de 120 millones de unidades usadas y tiradas al año.

Uno de los esfuerzos que se realizan actualmente para solucionar el problema, es fabricar paraguas más resistentes de forma que puedan ser utilizados más de una vez, un esfuerzo realmente pobre porque incluso así, el paraguas no deja de ser descartable y por ende contaminante.

Y como no podía ser de otra forma en un país altamente supersticioso como Japón, al ser un objeto tan popular, también existe un paraguas yokai, que es como se le llama a los demonios, espíritus o espectros que pueblan el folclore japonés.

Su nombre es Karazasa Kozo, forma parte de la categoría de los tsukumogami o “espíritus de artefactos” y se dedica a vagar por el país persiguiendo a los dueños que los abandonaron o no los reciclaron correctamente. El castigo que le imparte el Karakasa Kozo a los malos dueños es chuparles el rostro con una lengua larga y encerada.

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