SHICHI-GO-SAN, FESTIVIDAD QUE UNE A LA FAMILIA

POR: CHIEKO / Ed.225 OCT – NOV 2023

A mis abuelas, les encantaba la tradición de celebrar la vida, la salud, vistiéndonos con “hakama” a los niños y con “kimono” a las niñas. Vestir el kimono es un arte. Hasta la generación Meiji, en Japón se usaba kimono y vestirse solas: “Jisou” era muy normal. En la actualidad, la gente común busca ayuda de las “kitsukeshi», artistas en vestir kimono a los demás: “Tasou”.

¿Qué kimono usar? Los japoneses consideran el tiempo, el lugar y la ocasión (TPO por las siglas en inglés).
Las categorías de los kimono a usar según la ocasiones se dividen en “gaku”. Solicite a un kitsukeshi orientación para elegir un kimono correctamente. Hoy existen salones de belleza y estudios fotográficos que prestan este servicio.

Tiempo: 15 de Noviembre. Lugar: Santuarios. Ocasión: festival del Shichi-go-san
Muchas familias visitan los santuarios con sus hijos de 3, 5 y 7 años vestidos con sus mejores galas para agradecer, celebrar y orar por el desarrollo saludable e integral de los niños. Los rituales para cada edad y sexo tienen diferentes nombres y significados.

El origen y significado
Las teorías del origen se basan en tres ceremonias que se realizaban en el Palacio Imperial desde el período Heian ( 794-1192).
Mi padre me instruyó con su clásico “había una vez, hace cientos de años, cuando la medicina no estaba desarrollada y la higiene no era buena, -en comparación con los tiempos modernos-, los niños morían a temprana edad por el alto riesgo de contraer enfermedades -que hoy tienen cura-. La mortalidad infantil era muy alta. Los niños hasta los 7 años eran considerados de riesgo y se pedía la protección de Dios. Cumplir los 7 era un hallazgo, como nacer por segunda vez, convirtiéndose en miembros formales de la comunidad”. Mi papá se emocionaba al confesarme que “para todos los padres es una gran alegría, ver a sus hijos amados, crecer sanos y salvos. El Shichi-Go-San, es la oportunidad para agradecer y celebrar la vida que vence a la amenaza de la enfermedad y muerte”, concluía.

“En la era Meiji (1868 – 1912, modernización de Japón), el «Shichi-Go-San» se hizo popular entre la gente común”. Mi padre comentaba con orgullo, que “la forma del festival actual data de la era Taish? (1912 – 1926) época en que él nació”. Me explicaba que “las edades de 3, 5 y 7 años se establecieron como hitos cuando se introdujo el Calendario Chino a Japón, ya que los números impares se consideraban de buena suerte en China”. Argumentaba que “estas edades son indicadores claves del desarrollo humano, por ejemplo, a los 7 años los dientes de leche se reemplazan, el niño comienza a fortalecer su aparato inmunológico, a tener uso de razón, independencia y a forjar su carácter. Razones para la gran celebración”.

Los tres orígenes de la ceremonia
“El festival de Shichi-Go-San se ha desarrollado de manera única según la región, y hay casos en los que la tradición es ligeramente diferente», complementaba.

  1. Niños y niñas de 3 años «Ceremonia Kamiki ” porta peine o soporte para el cabello.
    En el período Heian, era costumbre que tanto hombres como mujeres se afeitaran el cabello al séptimo día después del nacimiento y crecieran calvos hasta los tres años. Esto se debe a que se creía que mantener la cabeza limpia prevendría enfermedades y luego haría crecer un cabello saludable. La ceremonia se lleva a cabo para orar por el crecimiento saludable y la longevidad de los niños.
  2. Niños de 5 años «Ceremonia Hakamagi ”
    Durante el periodo Heian, los niños alrededor de los 5 a 7 años vestían por primera vez el atuendo formal de la época, el hakama (ropa tradicional japonesa). A través de este ritual, que también se conoce como “chakko”, se integran a las filas de los niños usando haori y hakama.
    “Inicialmente, la ceremonia la realizaban tanto hombres como mujeres, pero en el período Edo (1603-1868, hegemonía del Clan Tokugawa) el ritual fue exclusivo para los niños. El niño, se para sobre una tabla del juego japonés “Go”, para dominar el mundo, mirando hacia la dirección de la suerte, usando un hakama y un tabi en el pie izquierdo, se creía auspicioso”, detallaba mi padre. “También llevaban una corona y se reclinaban a los dioses de los 4 puntos cardinales, con la esperanza de derrotar a los enemigos. El Shogunato, tuvo mucha influencia en este rito. He podido constatar que incluso en la familia imperial actual, continúa la ceremonia “Fukasoki” y “Goban”, en la que el niño salta del tablero de “Go”. Existen santuarios en todo el país que celebran esta tradición” afirmaba.
  3. Niña de 7 años «Ceremonia Obitoki»
    “Durante el período Kamakura (1192–1333, hegemonía del Clan Minamoto), se llevó a cabo una ceremonia para quitar el cordón que se usaba al usar un kimono para utilizar el obi (faja ancha de tela fuerte que se lleva sobre el kimono por primera vez”, “En el período Muromachi (1336 – 1573, hegemonía del Clan Ashikaga) lo llamaron la “ceremonia Obitoki”, mi padre me explicó que “al principio era tanto para hombres y mujeres que tenían 9 años”. Cuando cumplí los 7 años mientras mi mamá me ponía por primera vez un obi, me dijo con mucho amor y ternura “hoy comienzas un nuevo camino para convertirte en una mujercita”, palabras que hasta hoy retumban en mi corazón.

¿Dónde debo ir para orar por Shichi-go-san?
Se va a un santuario para agradecer por el desarrollo integral de los niños. En general, es costumbre visitar un santuario cercano donde reside el dios (Ujigami) que protege la tierra. Mi familia es cristiana por lo que nos llevaban a las iglesias católicas.
Es una buena idea visitar lugares especiales, santuarios históricos, famosos, con hermosos paisajes y con recuerdos familiares. En el caso de un santuario que está demasiado lejos, considerar que los niños pueden cansarse. Verifique el pronóstico del tiempo, la disponibilidad de reservas para la oración, las tarifas para la oración, la ubicación de los estacionamientos, etc. No olvide que los niños son los protagonistas, y es prioritario idear formas de que disfruten de esta tradición sin estresarlos.

Planificación
Hay que reservar y preparar antes de la ceremonia: las oraciones, vestimenta y fotografía. Si planea celebrarlo alrededor del 15 de noviembre, es común comenzar con tiempo para que pueda gozar con tranquilidad el acontecimiento con su hijo.

  1. Haga una reserva en el santuario que quiere visitar
    A menudo se requieren reservaciones para orar. Shichi-go-san se celebra el 15 de noviembre, pero ese día y los fines de semana anteriores y posteriores suelen estar abarrotados, recomiendo planificar la agenda en el verano y contactar con el santuario en septiembre. Al invitar a los abuelos, prever el horario con anticipación. Confirme el contenido y el tiempo de la oración, la tarifa de primicias, si hay estacionamiento, etc.
  2. Reserva una sesión de fotos
    Si desea que un fotógrafo esté en el lugar, existen muchos excelentes en nuestra comunidad, con tan alta calidad y buen servicio que no tienen nada que envidiar a un estudio. Les aconsejo también hacer una reserva para la sesión de fotos. Si elige usar un estudio, asegúrese sí ofrecen servicios de escenografía y alquiler de kimonos o vestuario.
    Muchas personas optan por un día diferente, teniendo en cuenta la fuerza física del niño y los horarios familiares. Es posible homenajear al niño o niña alejados del 15 de noviembre. Festeje en una fecha conveniente para su familia, como cumpleaños, celebraciones entre hermanos, evitando las horas punta.
  3. Reserva para vestir y peinar/maquillar
    Muchos niños se visten con kimono, por lo que el día del evento deberán vestirse, peinarse y maquillarse. Busque una peluquería que ofrezca kimono, peinado y maquillaje, y haga la cita a más tardar a mediados de septiembre. Los niños pequeños pueden volverse ansiosos en lugares desconocidos. Recomiendo elegir una con la que esté familiarizado o que sepa lidiar con niños. Si alquila un kimono, algunas tiendas le ayudarán a vestir.
  4. Prepare su cámara o su smartphone, el sobre de la ofrenda y vaya al santuario
    Compruebe la memoria y la batería de la cámara y la videocámara el día anterior. Recomiendo preparar una batería de repuesto. Verifique qué llevar, una toalla, una muda de ropa para su hijo y zapatos cómodos. Compre un sobre de lazo rojo y blanco en un Combini y prepare un billete nuevo para la ofrenda con anticipación. Complete el nombre del niño en la mitad inferior y escriba «Hatsuho-ryo » o «Tamakushi-ryo » en la mitad superior, según el santuario. Introducir el dinero en el sobre interior. En el frente, escriba la cantidad de dinero que introdujo ??? ? y escriba su dirección y nombre en la parte inferior izquierda de la parte posterior. Si es un único sobre, escriba la cantidad, la dirección y el nombre en la parte inferior izquierda.
  5. Vestimenta para los niños y padres
    Muchos niños usan diferentes tipos de kimonos según el grupo de edad.
    Una niña de 3 años generalmente usa un suave heko obi y una chaqueta sin mangas llamada hifu. Están diseñados para ser menos costoso, incluso para niños pequeños y no se deforman fácilmente.
    Una niña de 7 años viste un kimono de adulto del tamaño infantil llamado yatsumi, los accesorios necesarios y la forma de llevarlo son los mismos que los de los adultos. Vestirse requiere accesorios como ropa interior, medias cuellos, obi, obiage y obi-jime, así como abanicos y hakosako.
    Los niños de 3 y 5 años visten haori y hakama, kimono, para los pies tabi y zori. Puede ser difícil caminar con sandalias zori, compruebe que sean cómodos. Las familias con niños pequeños, usan ropa japonesa para la sesión de fotos previa y, el día de la visita al templo, traje occidental.
    Ropa de los padres, los niños son los personajes principales en Shichi-go-san. Se recomienda no usar ropa demasiado informal, que las madres se vistan con elegancia o trajes ceremoniales que permitan la libertad de movimiento, porque tienen que estar pendientes de sus hijos. Si usan kimono elige un Houmongi formal. Los papás pueden usar un traje formal o un terno del trabajo, elija un color oscuro.
  6. Prepare a su niño mental y emocionalmente. Pruébele la ropa, explíquele, inspírele.
    No esperen el día de Shichi-Go-San, para que les muestre el kimono y le digan: «Por favor, ponte esto», los niños deben ser partícipes de esta festividad. Deben prepararles mentalmente, mostrándoles anticipadamente y explicándoles lo qué van a hacer, cuándo, dónde, para qué, por qué lo hacen y cómo será su día. De esta manera, desarrollan el pensamiento lógico de su niño, despiertan su interés, lo motivan a participar activamente en esta aventura, que quedará grabada en su memoria y formará parte del legado que como padres le darán. Explique e inspire, según su capacidad de comprensión, cree el ambiente y la magia. Les aseguro, por experiencia propia, que será una vivencia no ordinaria sino extraordinaria.

Festividad que une a la familia
“Una de las escenas más tiernas del Shichi-Go-San es ver a los niños vestidos de gala, disfrutando del popular chitose-ame (“caramelo de los mil años”), barras de caramelo de color rosa y blanco que simbolizan el desarrollo de niños saludables, creativos y alegres”, me decia mi madre. “Estos caramelos son estirados durante su fabricación, un proceso que otorga al popular dulce la idea de la longevidad, razón por la que es conocido también como sen-nen ame. La envoltura está decorada con imágenes que dan buena suerte como las típicas grullas y tortugas, los pinos, bambú y ciruelos. Suele incluir entre 3 o 5 caramelos de 15 milímetros de diámetro y 15 centímetros de largo” complementaba mi padre.
Esta ceremonia ha evolucionado; pero continúa siendo un momento central en la vida de los niños y sus padres en el que, invariablemente, se desea lo mejor para los pequeños. Nuestra comunidad latina la ha asimilado, y se han desarrollado magníficos profesionales que ofrecen el servicio de fotografía en distintas prefecturas de Japón para cubrir la demanda existente.

Recuerde que esta ceremonia será parte de su historia, tenga en cuenta que está construyendo la historia de su hijo, que le considera un héroe. Está en sus manos que sea un gran recuerdo que atesore toda su vida o una tortura. Viva el momento presente.
No destruya esa mística, disfrute a su hijo o hija, crecen muy pronto.

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