Las autoridades japonesas han comenzado a contemplar la posibilidad de cobrar por la vacuna contra el COVID-19, ahora que la enfermedad ha dejado de ser una pandemia y la ciudadanía deberá aprender a convivir con ella, tal como lo hace con otras enfermedades infecciosas como la influenza.
La recomendación fue realizada por un panel de expertos que busca estabilizar las cuentas fiscales, las cuales se verían bastante aliviadas si no tuvieran que hacerse cargo de los costos sanitarios derivados de la pandemia.
Japón ha gastado unos 17 billones de yenes (115.550 millones de dólares) para luchar contra el coronavirus, gastos que incluyen no solo el costo de las vacunas sino material y equipo médico como camas UCI, balones de oxigeno, etc.
Durante el año fiscal 2021 Japón administró 257 millones de vacunas a 125 millones de personas gastando en el proceso 2,3 billones de yenes, lo cual significa que el costo promedio de cada vacuna fue de 9,600 yenes. Este no necesariamente sería el costo que un ciudadano tendría que pagar por una vacuna, ya que este monto es subvencionado parcialmente por el seguro de salud que todo individuo tiene la obligación de poseer si vive en Japón.
En la actualidad y si por ejemplo, un ciudadano desea vacunarse contra la influenza estacional, debe cubrir el costo de la vacuna. Junto con la vacuna, también se gravaría con un costo los kits de prueba de antígeno COVID-19 que actualmente reparte el gobierno gratuitamente.