MARINERA EN NAGOYA

La filial Nagoya del Club Libertad de Trujillo cumplirá 13 años de existencia el próximo mes de octubre difundiendo el baile nacional del Perú por todo lo alto

Uno de los exponentes y difusores más destacados de la marinera norteña peruana en Japón, es sin duda alguna la Filial Nagoya del Club Libertad de Trujillo.

Encabezada por el peruano Mario Orbegoso López quien ocupa el cargo de presidente desde el año 2018, la de Nagoya, fue la única filial del Club Libertad que luego de la pandemia organizó su selectivo anual durante el 2023, los pasados 10, 11 y 12 de noviembre.

La filial Nagoya, que en octubre de este 2024 cumplirá 13 años de existencia, fue la primera institución que comenzó a escribir la historia de la marinera norteña en Japón, cuando en octubre del 2011 decidió organizar el primer concurso del baile patrio peruano en este archipiélago. Paralelamente, esta institución fue la segunda entidad a nivel de todo Japón que recibió el reconocimiento como filial por parte del Club Libertad de Trujillo.

En el centro, el presidente de la filial Mario Orbegoso López, rodeado de reinas: a la izquierda S.M. Namie (2023) y a la derecha S.M Deborath (2019)

«Hasta la fecha y desde que yo asumí la presidencia, hemos organizado cuatro concursos selectivos. En el 2018, 2019, 2020 y 2023. Los concursos del 2021 y 2022 no los pudimos organizar debido a la pandemia. Antes del 2018 y desde que la filial fue reconocida como tal, se organizaron cinco selectivos, los del 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015. Luego, en el 2016 no se realizó selectivo porque el Club Libertad decidió que la presidencia de la filial quedara vacante”, indica Orbegoso, que ha estado vinculado a esta institución desde su creación como uno de sus principales colaboradores, así como a nivel del auspicio que su agencia de viajes Acuario Travel siempre le brindó al concurso.

“Pero si bien el concurso selectivo es la actividad anual más importante que realizamos como filial, no es la única, ya que a lo largo del año llevamos a cabo todo un programa de estratégicas actividades cuya principal finalidad, es hacer conocer la marinera en el seno de la sociedad japonesa», explica Orbegoso hablando siempre en plural, ya que el agotador y por momentos complicado trabajo en la presidencia de la entidad lo comparte codo a codo con sus dos hijos, Mario y Rosa, esta última, nombrada en el 2014 Reina de la Marinera del Club Libertad filial Nagoya.

«Cuando en el 2018 el Club Libertad de Trujillo se comunicó conmigo para ofrecerme la presidencia de la filial de Nagoya, con mis hijos diseñamos un plan de trabajo que le presente al señor (Fernando) Burmester, presidente de esa institución. En ese plan nos enfocábamos principalmente en difundir la marinera a nivel de la sociedad japonesa y no solo dentro de la colectividad peruana y latinoamericana, un proyecto a mediano y largo plazo que el señor Burmester respaldó completamente. Con ese apoyo asegurado, nuestro siguiente paso fue ponernos en contacto con autoridades políticas y académicas de la ciudad. Fue así como logramos entrevistarnos con el rector de la Universidad de Nagoya,  así como con el alcalde de Nagoya”, añade el dirigente.

Con el representante de la Universidad de Nagoya, el peruano acordó realizar todos los años diversas actividades académicas enfocadas a explicar y promocionar la marinera entre los estudiantes de la institución educativa. “En estas charlas no solo explicamos lo que es la marinera sino también la cultura y la sociedad peruana, un contexto dentro del cual abordamos la inmigración japonesa al Perú y luego la llegada de los nikkei a Japón, de esta forma el tema se hace más amplio e interesante”, acota el dirigente.

Cuarteto de reinas de diferentes ediciones del Concurso Selectivo de la Filial Nagoya, desde la izquierda sus majestades Kaori (2013), Rosa (2014), Aito (2017) e Hina (2018).

Desde un inicio, las charlas ofrecidas por Orbegoso con la traducción de su hija Rosa congregaron la participación de decenas de estudiantes, y tal fue el interes de los jóvenes, que dos de ellas fueron elegidas como Reina de la Marinera durante los años 2018 y 2019.

«Qué mejor forma de entrelazar las culturas peruana y japonesa, y de despertar el interés de los japoneses por la marinera, que nombrar a una joven japonesa como Reina de la Marinera», pregunta Orbegoso. Y no le falta razón.

Otra actividad promocional que el dirigente ha logrado realizar, y que entremezcla lo japonés con lo peruano de manera bastante significativa y original, es realizar la ceremonia de coronación de la Reina de la Marinera de su filial, en uno de los escenarios japoneses más tradicionales dentro de la prefectura de Aichi: el Castillo de Nagoya, una construcción erigida en el año 1532 por el shogun Imagawa Ujichika y refaccionada en 1610 por el shogun Tokugawa Ieyasu, considerado uno de los tres grandes unificadores de Japón.

La obtención del Castillo de Nagoya la logró Orbegoso, luego de que su hija Rosa consiguiera  “robarle” 15 minutos a la recargada agenda del alcalde de la ciudad para una reunión protocolar. “Lo que se suponía sería una reunión de 15 minutos para presentar nuestro saludo, terminó siendo una reunión de dos horas debido a que el alcalde se interesó tanto en la marinera, que nos preguntó de todo, desde el origen del baile hasta la cantidad de parejas que participan anualmente en Trujillo, cuántas filiales tiene el Club Libertad a nivel mundial y porqué es necesario elegir una reina todos los años. Quedó realmente maravillado con la explicación que le hicimos, y allí fue cuando nos ofreció el Castillo de Nagoya para que coronemos a nuestra reina”, recuerda Orbegoso con cierto merecido orgullo.

Los campeones de la Categoría Infante (7 a 9 años) Fania Sumiko Salas Torre y Alejandro Moncada Colina, de la academia Sol y Luna.

Superando obstáculos

Sin embargo, no todo ha sido aplaudir y bailar para la filial de Nagoya, que ha debido enfrentar diversos inconvenientes para susbsistir, sobre todo los de orden económico.

“Mantener una filial y organizar un concurso selectivo cada año no es sencillo, se deben buscar los recursos económicos necesarios que no siempre abundan, de allí que sean bienvenidos todos los patrocinadores que deseen apoyarnos en esta labor cultural. Sin embargo, el inconveniente económico no solo lo afrontamos las tres filiales del Club Libertad registradas en Japón (Osaka, Yokohama y Nagoya), sino que es un problema que también tienen el resto de filiales en todo el mundo, lo sé porque es un tema que siempre conversamos con las otras filiales, en las convenciones anuales que se realizan en Lima con ocasión del Concurso Nacional de la Marinera”, indica Orbegoso.

“Pero no nos quejamos, porque si bien esto de promocionar la marinera no genera ganancias y es un trabajo cultural bastante árduo, lo hacemos con gusto, por amor a nuestro país, a nuestra cultura y a nuestras tradiciones, y para que los jóvenes peruanos que viven o nacen en Japón no pierdan su identidad”, explica el dirigente que pese a los inconvenientes que enfrenta, siempre se las ingenia para organizar uno de los concursos selectivos más vistosos e importantes, a nivel de las filiales del Club Libertad en el exterior.

“Tratamos de hacer las cosas de manera profesional, porque es la única forma de sentar un precedente, de que la sociedad japonesa se fije en nosotros. Por ejemplo, siempre traemos tres jurados del exterior para el selectivo, por lo general se trata de los últimos campeones de alguna de las categorías de mayores del concurso que se organiza en Trujillo. La presencia de estos profesionales no solo le da categoría sino también credibilidad a nuestro selectivo, además, los bailarines realizan eventos de promoción antes y después del concurso, lo cual amplia el impacto de nuestro evento a nivel de la sociedad japonesa”, detalla el dirigente.

El selectivo que organiza cada año la filial de Nagoya se prolonga a lo largo de tres días. El primer día “durante la mañana los llevamos a la Universidad de Nagoya para que participen en una charla y hagan una demostración. Luego, en la noche de ese primer día organizamos una cena de gala orientada al público, autoridades y personajes destacados de la sociedad japonesa”, explica Orbegoso.

En la segunda jornada del selectivo se lleva a cabo la tradicional Fiesta del Perol, una cena cuyo requisito obligatorio es asistir vestido enteramente de blanco. “Esa noche es para bailar marinera y jaranear en familia. Me refiero a disfrutar con tu propia familia, pero también con la enorme familia conformada por todos los que amamos la marinera”, acota el dirigente.

Finalmente, la tercera jornada se realiza el concurso selectivo que le dará a las parejas ganadoras, la posibilidad de competir en la parte final del Concurso Nacional de Marinera que se organiza en Perú.

“En los selectivos que se llevan a cabo alrededor del mundo, no siempre se pueden tener todas las categorías que se presentan en el concurso nacional que se lleva a cabo en Perú, básicamente por falta de parejas. Aquí en Japón lo que más tenemos son categoría de menores y una de mayores con un nivel bastante alto. Adicionalmente, en el extranjero el Club Libertad ha permitido que exista la categoría de mujeres que bailan solas (Categoría Single), pero no sabemos hasta cuando podremos mantenerla, porque hace un par de años en la convención anual que se lleva a cabo en Perú, el Club Libertad planteó eliminarla porque la marinera es justamente un baile de pareja, pero las filiales le explicamos que era una forma de promover no solo el baile, sino principalmente la identidad en muchas jovencitas, y por eso nos permitió continuar con esta categoría”, explica Orbegoso quien añade: “una cosa curiosa que hemos detectado, es que la ausencia  de bailarines varones no es una particularidad del extranjero, sino que también es un fenómeno que se registra en Perú, donde son más las mujeres que los hombres los que ejecutan nuestro baile nacional”.

Un concurso más

Para este año o máximo durante el transcurso del 2025 y lejos de amilanarse ante los problemas de financiación, la Filial Nagoya esta planificando superarse a sí misma y enfrentar nuevos desafios en la promoción de la marinera.

“Como decía un famoso cómico en nuestro país, hace muchos años, “los peruanos solo retrocedemos para saltar”, por eso es que estamos planificando organizar un nuevo concurso para mediados de año, quizas para julio, que es el mes en el cual coronamos a nuestra reina de la marinera en el Castillo de Nagoya. No sería un selectivo, solo un concurso para que los bailarines vayan calentando motores rumbo al selectivo”, adelanta Orbegoso.

“Este es un pedido (organizar otro concurso) que desde hace un tiempo vengo recibiendo por parte de algunos padres de familia y profesores de marinera, y sería una buena forma de incentivar a los bailarines, sobre todo a aquellos jóvenes que durante la pandemia dejaron de practicar la marinera debido a la restricción del distanciamiento social, y se dedicaron a otras actividades. También estamos planificando realizar este nuevo concurso porque es imperativo que reactivemos el circuito de la marinera en todo Japón, no solo en Nagoya, que recuperemos el tiempo y los bailarines que nos quitó la pandemia”, añade el peruano, a cuyo selectivo llegan parejas desde todas partes de Japón.

“Si queremos que la marinera se posicione en la sociedad japonesa debemos hacerla mucho más visible. Japón tiene antecedentes de ser un buen mercado y los japoneses buenos practicantes de géneros latinos, allí esta el tango, la salsa o el flamenco, que han logrado arraigarse en el gusto japones. ¿Porqué no puede suceder lo mismo con la marinera si es un baile alegre, de pareja, con un vestuario hermoso y con una historia cultural rica y profunda?”, se pregunta Orbegoso.

“Este país (Japón) ya ha “producido” una de las mejores parejas que tiene la marinera a nivel mundial. Me refiero a los esposos Kikuta, ambos son nikei peruanos que nacieron y se criaron aquí en Japón donde han ganado varios selectivos. Actualmente ellos compiten de manera regular y directa en el Concurso Nacional de Marinera de Trujillo, en el que han logrado quedar en el puesto 11 entre 1,500 parejas. Son un gran ejemplo para el resto de bailarines que viven en Japón porque demuestran que con voluntad y mucha práctica, se puede “bailar muy lejos”, finaliza Orbegoso.

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