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6 SEÑALES DE QUE ERES PERFECCIONISTA

grillo

Cierta vez, un futbolista del Manchester United sentenció: “Nunca de aceptes una invitación a a comer a casa de Cristiano Ronaldo”

La razón de tan terrible declaración fue lo que le sucedió en alguna oportunidad: Llegó efectivamente a la hora de la comida en la casa de Cristiano y llegado el momento, se sentaron a la mesa a comer una frugal ración de pechuga de pollo y vegetales, todo ello hervido. Y para beber, solamente agua. Y allí no quedan los males: El invitado ni siquiera pudo terminar su escasa porción y ya Cristiano estaba pidiéndole ir al gimnasio para hacer unos ejercicios. Es decir, nunca deja de estar enfocado en su estado físico, y no se permite ni un centímetro de margen.

El perfeccionismo
Soy de los que cree que mantenemos al perfeccionismo en un lugar inadecuado. Lo vemos como una ventaja o beneficio y somos tolerantes con ella.

Proceso de selección de personal
Por ejemplo, cuando la persona que nos está entrevistando en un proceso de selección de personal nos fuerza a que le digamos cuales son nuestras debilidades o áreas de mejora, como no queremos que una excesiva sinceridad nos saque del proceso, solemos decir: “Mi mayor debilidad es que soy perfeccionista en ocasiones”. ¿Te das cuenta? es casi como una fortaleza a las que disfrazamos de debilidad.
En otras oportunidades, solemos calificar a las personas con actitudes obsesivas (Por ejemplo, revisar una y otra vez la presentación que que va a hacerse en la reunión para hacerle cambios minúsculos) como “perfeccionistas’’. Pero en realidad, el perfeccionismo es un infierno para quien lo padece.
Si estás familiarizado con la novela de Stevenson, “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, recordarás que Hyde era el “otro yo” del bondadoso Dr. Jekyll, que lo mantenía atormentado con su odioso comportamiento. Pues bien, para el perfeccionismo es un horrible monstruo que está siempre susurrando al oído de su víctima críticas sobre todo lo que este hace. Mientras tanto, la víctima alberga la ilusión de que si logra hacer las cosas mejor, el odioso monstruo desaparecerá. Pero ni la voz ni el horrible monstruo parece estar satisfechos nunca y siguen atormentando a su víctima.

Según un artículo de Daniel Burgess, un perfeccionista es una persona que se niega a aceptar cualquier estándar que no sea perfecto. En psicología, el perfeccionismo es un rasgo de personalidad caracterizado por “el esfuerzo de una persona por la perfección y el establecimiento de estándares de desempeño excesivamente altos, acompañado de autoevaluaciones demasiado críticas y preocupaciones con respecto a las evaluaciones de los demás”. Para un perfeccionista, cualquier cosa que sea menos que perfecta es inaceptable.
Los costos y consecuencias del perfeccionismo
Pero esto no es solo un tema que nos hace sentir mal. Ocurre que el perfeccionismo puede ocasionarnos una serie de otros trastornos graves: desórdenes en la alimentación, fibromialgia, depresión, entre otros no menos severos. Aun cuando no lleguemos a trastornos que nos obliguen a requerir tratamiento clínico, el perfeccionismo nos puede ocasionar severos inconvenientes en la vida cotidiana: Reducir nuestra productividad, impactar negativamente en la manera como nos relacionamos con las personas que nos rodean y eventualmente ocasionarnos cuadros de malestar físico asociados con el stress.

¿Qué conductas son habituales en las personas afectadas por el perfeccionismo?
* Dejar todo para luego, esperando que llegue el “momento perfecto” para emprender esa tarea, el mismo que obviamente, no llega. Procrastinación extrema. Si nunca empiezas, no vas a fallar nunca, así que es también un incentivo perverso.
* Desaprovechar tiempo y energía para introducir ajustes mínimos que realmente no aumentan valor al producto final.
* Estar todo el tiempo estresado: El perfeccionismo hace que asumamos más tareas y responsabilidades de las que razonablemente podemos manejar. Al no poder con todo, el estrés nos invade.

¿Eres perfeccionista?
Para ayudarte a evaluar tu propio nivel de perfeccionismo, aquí hay 5 signos de un perfeccionista:
1. No hay lugar para errores. Siempre que ves un error, eres el primero en notarlo y corregirlo.
2. Las cosas solo se hacen de una manera. Si algo no está en su lugar o no sigue una determinada secuencia, es un problema.
3. O lo haces todo bien o mejor no haces nada. La frase “un poco es mejor que nada” no existe en tu vocabulario.
4. Sólo te importan los resultados. Sin darte cuenta, dejas de lado el camino y las enseñanzas del proceso.
5. Eres duro contigo mismo. Cuando algo no marcha como debería, sea por culpa tuya o no, lo primero que se te ocurre hacer es azotarte.
6. El éxito nunca es suficiente. No importa lo que hayas conseguido o los éxitos que hayas logrado. Siempre estás buscando ir más allá de donde te encuentras.

Hay muchos otros signos de que puedes estar siendo víctima del perfeccionismo. Si quieres conocerlos, solo escríbeme a The Skills Dude y con gusto hablaré contigo al respecto. Entre tanto, no olvides seguirnos en redes sociales. Estamos como @theskillsdude en Linkedin, Instagram y Facebook y compartimos mucho contenido de valor para ayudarte a alcanzar tus sueños. También puedes ver nuestros canales de video en Youtube y Tiktok.  También te recomiendo seguir mis artículos como colaborador en la Revista Digital Kyodai Magazine.

Francisco Grillo Arciniega

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LA PACIENCIA, UNA CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

la paciencia
Corría el verano del año 1969. Era la época del Festival de Woodstock en Nueva York. En esa misma época, al otro extremo del país, en California, Walter Mischel, profesor de la Universidad de Stanford desarrollaba su “Experimento de los Marshmallows” con un grupo de niños pequeños.

Se seleccionó a un grupo de niños de la misma edad, que residían en la misma área geográfica y se les sometió a la siguiente prueba: A cada niño se le dejaba sólo en una habitación, con un marshmallow y se le decía que podía comérselo si quería o esperar 15 minutos. Si no se lo comía en dicho lapso, recibiría otro. Algunos niños resistieron el desafío, otros no lo lograron.

El hallazgo más interesante de este experimento fue que, se constató que los niños capaces de posponer la recompensa inmediata en pos de una mayor en el futuro; lograron tener una vida educativa, personal y profesional más exitosa que los otros.


Veamos ahora una situación mucho más reciente: Desde inicios del año 2020 la humanidad está sometida a una situación complicada: Distanciamiento social, prohibición de actividades multitudinarias, restricción de viajes, impedimentos de entrada y salida de ciudades, regiones y países. Lo más difícil es que de acuerdo a las fluctuaciones de las cifras de contagios y fallecimientos las medidas van en un franco tira y afloja: Cuarentenas, semi cuarentenas y liberaciones entran y salen de escena a medida que la cosa avanza o retrocede.

Entonces, hay gente que ya simplemente no se aguanta más: Se siente urgido por salir, por ir a fiestas, por hacer turismo, por hacer compras en centros comerciales y muchas otras formas de interacción humana en lugares y situaciones que ahora son muy peligrosas.

Y entonces ocurre la paradoja: Al igual que los niños de Standford de mediados del siglo XX. algunos son capaces de posponer la recompensa de corto plazo (Las salidas, paseos y reuniones) en función de una recompensa mayor (Cuidar su salud y no poner en riesgo a los mayores de su casa).

No debería extrañarnos que las consecuencias de esto sean básicamente las mismas que en el experimento de los marshmallows: Tendremos un futuro en el que algunas personas podrán seguir creciendo, desarrollando y consiguiendo éxitos y otros que tendrán algunas secuelas complicadas de salud o simplemente, ya no estarán con nosotros.

La diferencia es que los niños de Stanford eran unos pocos, pero aquí estamos hablando casi de toda la humanidad.
Mientras no tengamos vacunas operativas aplicadas masivamente y con éxitos comprobados en términos de inmunizarnos contra el virus y sus variantes, la humanidad va a tener que continuar en la situación en la que nos encontramos.

Por lo tanto, va a requerir cultivar esta soft skill que de modo natural tenían los niños que fueron capaces de esperar: Fuerza de voluntad o su aplicación práctica: Paciencia.

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Aumentar la paciencia

Los naturalmente impacientes sabemos que es mucho más fácil decirlo que conseguirlo. Sin embargo, a lo largo de mi vida pude aprender a incrementarla hasta -creo yo- haber llegado a un punto bastante aceptable.

Te comparto los consejos que a mi me fueron muy útiles para llegar a semejante “nirvana de mansedumbre”:

Reconoce los efectos de la impaciencia

En el momento en que la impaciencia te ataque, observa lo que te impacienta y pregúntate:

* ¿Tengo control sobre la situación? Si no es así, ¿sobre qué tengo control en este momento?

* ¿El sentimiento de impaciencia está ayudando o agravando el impacto de la situación?

* ¿Qué emoción o estado de ánimo sería más útil, en lugar de la impaciencia?

Oblígate a esperar

La mejor manera de practicar la paciencia es esperar. Esperar las cosas en realidad nos hace más felices a largo plazo, según algunos expertos. Comienza con algo pequeño como esperar unos minutos más para beber ese batido y luego pasa a algo más grande. Empezarás a tener más paciencia a medida que practiques.

Deja de hacer cosas que no son importantes

Todos tenemos cosas en nuestras vidas que nos quitan tiempo de lo que es importante. Una forma de eliminar el estrés de nuestras vidas es dejar de hacer esas cosas.
¿Es realmente así de super necesario que te subas a ese avión? ¿Te reúnas físicamente con esos amigos? ¿Vayas a esa fiesta con cientos de personas desconocidas?
Tómate unos minutos y evalúa todas esas cosas que te parecen necesidades urgentes. Ponlas en una balanza y sólo después de ello decide si las haces o no.
Trata de eliminar un par de dichas necesidades que descubras que no son tan importantes, pero que requieren tiempo. Es hora de aprender a decir no a las cosas que no son estrictamente importantes de hacer.

Sé consciente de las cosas que lo hacen impaciente

La mayoría de las personas tienen varias tareas en la cabeza y pasan de un pensamiento a otro sin tomarse el tiempo para terminar una tarea primero. Vivimos vidas interrumpidas mientras intentamos realizar múltiples tareas y es frustrante cuando sentimos que no estamos progresando. Es mejor estar atento a nuestros pensamientos y la mejor manera de entender esto es escribir lo que te impacienta.
Esto te ayudará a reducir la velocidad y concentrarte en una tarea a la vez y eliminará aquellas cosas que te estresen.

Relájate y respira profundamente

Este es un tema que tiene suprema importancia. Respirar lenta y profundamente puede ayudar a calmar la mente y el cuerpo. Esta es la forma más fácil de ayudar a aliviar cualquier sentimiento de impaciencia que estés experimentando. Si la respiración no ayuda, creo que dar un paseo, escuchar 10 minutos de música calmada, o mirar por la ventana, simplemente para despejar la cabeza puede ser útil para volver a concentrarse en lo que es importante.
El punto es encontrar algo de tiempo para que te relajes cada día.

Si quieres saber más sobre cómo mejorar tu paciencia, escríbeme a The Skills Dude y con gusto hablaré contigo al respecto. Entre tanto, no olvides seguirnos en redes sociales. Estamos como @theskillsdude en Linkedin, Instagram y Facebook y compartimos mucho contenido de valor para ayudarte a alcanzar tus sueños. Puedes ver nuestros canales de video en Youtube y Tiktok. Si ves algo que te gusta, me ayudas si le das “me gusta” y lo compartes. También te recomiendo seguir mis artículos como colaborador en la Revista Digital Kyodai Magazine.

Francisco Grillo Arciniega
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LA TIMIDEZ

TIMIDEZ

¿Ubicas a Rajesh Ramayan Koothrappali, Ph. D.?

Estoy convencido de que lo conoces bien. Es Raj, uno de los protagonistas de “The Big Bang Theory”. Ese, que solo podía hablar con las mujeres cuando estaba ebrio. Pues bien, dejando a salvo la exageración propia de la caricatura, Raj es un ejemplo típico de una persona atormentada por la timidez. La timidez se puede definir como inhibición, incomodidad en oportunidades en que te encuentras en presencia de otros. Cuando sufrimos de timidez, preferimos que nuestra presencia sea lo menos percibida posible. De hecho, puede ser que permanezcamos en un grupo de conversación pero no en silencio. Cuando a la persona tímida se le presiona de alguna manera para hablar u opinar, lo que hace es murmurar respuestas muy breves y volvemos a sumirnos en el silencio. Es decir, la timidez se caracteriza por una tendencia a sentirse incómodo, preocupado o tenso durante los encuentros sociales, especialmente frente a personas desconocidas.

Raj, uno de los protagonistas de “The Big Bang Theory”, es un ejemplo típico de una persona atormentada por la timidez.
Raj, uno de los protagonistas de “The Big Bang Theory”, es un ejemplo típico de una persona atormentada por la timidez.


¿Qué es la timidez?

La mayoría de las personas podemos sufrir ataques de timidez en un momento u otro de nuestras vidas, eso no es ninguna señal de que algo no esté funcionando adecuadamente.

Pero, en otros casos y para algunas otras, la timidez puede ser tan debilitante que les impide participar en situaciones sociales que son importantes para sus objetivos personales o profesionales.

 Las personas tímidas quieren estar cerca de los demás, pero temen ser rechazadas o criticadas, por lo que evitan incluso los eventos sociales a los que quieren asistir. A menudo terminan sintiéndose solos y aislados, lo que aumenta su riesgo de desarrollar otros problemas como depresión o ansiedad. Las investigaciones muestran que la timidez se mantiene a través de un círculo vicioso en el que las personas se acercan a una situación social, sienten el miedo excesivo a la evaluación negativa y luego se retiran como evitando tener que enfrentarla. Al principio, esto proporciona alivio, sin embargo, a menudo conduce a sentimientos de vergüenza y culpa. Para hacer frente a estos sentimientos, nuestras emociones negativas pueden convertirse en enojo hacia los demás, por lo que puede ocurrir que empecemos a percibir a los demás como si fueran desconsiderados o poco solidarios. Esta percepción equivocada a la larga, refuerza aún más el deseo de evitar a terceras personas. 

¿Cómo se origina la timidez?

Con mucha frecuencia, la timidez tiene su origen en nuestra infancia o en la adolescencia, que son momentos en los que empezamos a introducir nuevos elementos en nuestras vidas. La timidez puede deberse a diferentes factores:

Inadecuadas habilidades de nuestros padres: Típicamente en el caso de padres que tienen una actitud negativa en extremo frente al niño, o cuando no son capaces de proporcionarle el apoyo adecuado.

La baja autoestima es otro factor causal muy importante. Si la persona tiene dificultades para creer en sí misma, un resultado posible es que se termine “encapsulando” en sí misma y a evitar expresarse con libertad ante terceros.

Otra causa frecuente está relacionada con los casos en que las personas tienen problemas de autovaloración. En estos casos, las personas tienden a ser excesivamente sensibles frente a lo que los demás piensan o dicen de ellas y eso acentúa su idea de que no valen lo suficiente.

Un factor adicional que es muy singular es el del número de hermanos que uno ha tenido. En la medida en que los niños se acostumbran a interactuar con otros niños de la familia, sus niveles de autoconfianza son mayores que en hijos únicos, por ejemplo y esto los hace menos hábiles para defenderse, por ejemplo.

Algunos consejos para combatir la timidez:

  1. Planifica para que salga bien.

La timidez, se caracteriza por una fuerte tendencia a sobrestimar el escrutinio negativo. Existe un temor tremendo de que los demás te evalúen de manera negativa, por lo que en los entornos sociales se dedica una gran cantidad de pensamiento a cómo no hacer algo mal, en lugar de cómo hacer algo bien.Una forma de reducir la ansiedad es dedicar más tiempo a pensar en lo que podrías hacer para que cada situación a la que te enfrentas sea un éxito. Si por ejemplo, te preocupa tener una charla informal con un desconocido, ensaya haciéndote algunas preguntas que te pueden ayudar a generar algunos temas interesantes de conversación: ¿Cuáles son algunos de los eventos actuales que podría mencionar? ¿Qué está pasando en mi vida que me siento cómodo compartiendo? ¿Qué tengo en común con las demás personas que estarán allí? Un truco interesante que yo siempre pongo en práctica es complementar la información geográfica sobre mi lugar de residencia o la ciudad en la que nací. Así por ejemplo, ante la pregunta ¿Dónde vives? Respondo : “En Pucusana, la bahía más hermosa de todo el litoral de Lima”. No estoy seguro de que esto sea cierto, pero a la gente le interesa saber por qué creo que esa bahía es tan bella y eso me permite “llenar” con detalles simpáticos, la falta de temas interesantes en una primera conversación con un desconocido. 

  1. Ten curiosidad por los demás.

El primer consejo contenido en el libro de Carnegie “Cómo ganar amigos e influir en las personas” consiste en interesarse genuinamente en los demás. En un entorno social, intenta dejar de concentrarte en ti mismo. En cambio, concéntrate en sentir curiosidad por los demás. ¿Quiénes son y por qué están ahí? ¿Cuáles son sus intereses y aficiones? Esto te da algo diferente en lo que concentrarte y te ayuda a generar conversaciones. Todos tienen una historia que contar. Descubre lo que es, luego dedícate a escuchar. La armonía musical preferida por todos es el sonido de la propia voz. A las personas les encanta hablar de sí mismas. La forma de ser la persona más interesante de la sala es encontrar a otros interesantes. 

  1. Asígnate un papel.

A menudo las personas se sienten muy seguras en el desempeño de su trabajo habitual, pero cómo pierden la confianza en sí mismos en situaciones en las que su rol no está definido por su trabajo. Tener un rol te da un sentido de propósito y pautas sobre cómo debes comportarte. La razón por la que esto es así es que la mayoría de las personas en cualquier entorno quieren sentirse queridas y aceptadas. Tener un rol reconocido ayuda mucho a sentirnos valorados.Pero, hay oportunidades en que nuestro rol habitual no puede ser desempeñado en determinadas situaciones sociales. Por ejemplo, yo soy abogado, pero no todo el tiempo puedo estar hablando de leyes y de circunstancias contractuales o judiciales. Pues bien, en estos casos, suele ayudar el auto asignarse un rol o un papel. Lo que yo hago es decirme a mi mismo: OK, mi rol aquí es el de hacer que todos los que interactúen conmigo se sientan muy a gusto. Como consecuencia, mi trabajo consiste en ayudar a las personas a sentirse interesantes o agradables, o que se sientan bienvenidas. 

  1. Suaviza tu diálogo Interior

Las personas tímidas suelen ser muy críticas consigo mismas y su diálogo interno puede ser muy duro e incluir cosas que nunca dirían a otras personas. Cuando te juzgas a ti mismo con dureza, es más probable que asumas que los demás te juzgarán de la misma manera. Tu crítico interior puede causar mucho daño emocional, robándote la tranquilidad y la autoestima.La mejor manera de derrotar al crítico es tener un aliado aún más fuerte de tu lado, una voz interior que actúe como tu mejor amigo. Empieza a notar las cosas buenas de ti mismo y aprende a “responderle” a tu crítico interior. Cuando el crítico te empiece a culpar por tener miedo, recuerda que no hay una sola persona que disfrute del rechazo, pero de alguna manera todos logramos sobrevivir. Cuando tu crítico interior empiece a decirte que nunca le gustaras a nadie, recuerda que lo que más importa es que te gustes a ti mismo. Al aprender a hablarte a ti mismo de una manera más amable y gentil, las situaciones sociales no tendrán tanto poder para lastimarte porque no te estarás castigando.Haz la prueba con estos consejos y dime que tal te va. 

Si quieres conocer más consejos sobre cómo mejorar la efectividad de tu comunicación, no dejes de darte una vuelta por la sección de CURSOS o de seguirnos en redes sociales como @theskillsdude.

Francisco Grillo Arciniega

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EL TERRIBLE MAL DEL PIJAMA

 ...al poco tiempo, empezaron a aparecer las primeras señales de que no todo estaba tan bien como ella pensó: Dolores de cuello y espalda, problemas de concentración, insomnio, altos niveles de stress… Vanessa se había contagiado. Los síntomas eran clarísimos: Tiene el “Mal del Pijama”
…al poco tiempo, empezaron a aparecer las primeras señales de que no todo estaba tan bien como ella pensó: Dolores de cuello y espalda, problemas de concentración, insomnio, altos niveles de stress…
Vanessa se había contagiado. Los síntomas eran clarísimos: Tiene el “Mal del Pijama”

En los primeros días de su trabajo desde su casa,  Vanessa creía que no iba a poder ser más feliz: Había ganado tiempo para ella, al no tener que hacer desplazamientos largos entre su hogar y el centro de trabajo; estaba ahorrando mucho dinero en ropa, transporte y alimentación; podía comer alimentos recién preparados en lugar de sobras de la noche anterior o comidas procesadas, y en general se sentía muy cómoda, trabajando echada en su cama o desparramada en un sofá.

Sin embargo, al poco tiempo, empezaron a aparecer las primeras señales de que no todo estaba tan bien como ella pensó: Dolores de cuello y espalda, problemas de concentración, insomnio, altos niveles de stress…

Vanessa se había contagiado. Los síntomas eran clarísimos: Tiene el “Mal del Pijama”

Este mal, cuyo nombre me he inventado, es resultado de no tener una estrategia adecuada para enfrentar los desafíos de trabajar en casa en lugar de hacerlo en la oficina.

El cambio tan radical de condiciones en las que estaba habituada a trabajar la hizo confundirse: A partir de ahora, estar en casa no es solamente sinónimo de descanso y de compartir con la familia. Es necesario regular ciertos aspectos a los que estamos habituados para que podamos seguir funcionando durante las horas en las que estamos cumpliendo nuestra labor o trabajo en remoto.

Los malestares que sufre se deben a varias causas: No tiene un lugar adecuado desde el cual trabajar, no cumple rutinas adecuadas para esos fines, no ha podido “renegociar” el contrato que tiene con quienes viven con ella para que no la interrumpan en horas de labor, entre otras razones.

¿Qué necesitan las personas que trabajan en casa para resolver estos problemas? Felizmente no mucho, apenas un buen plan y un conjunto de soft skills.

Lo que es de verdad importante es que este plan vas a tener que diseñarlo y echarlo a andar de todos modos. El trabajo en casa no parece ser una situación extraordinaria o un evento aislado. A como van las cosas en la nueva normalidad, probablemente esta situación de trabajo en remoto se prolongue por un tiempo que aún no se puede determinar.

Por esta razón, no nos queda otro camino que acostumbrarnos a trabajar desde casa y más aún, empezar a disfrutarlo dado que bien llevado el asunto, el trabajo desde casa  puede ser más satisfactorio y productivo para los colaboradores que tener que desplazarse a un centro de labores y permanecer allí 10 horas diarias en promedio.

¿Qué habilidades hace falta desarrollar para poder hacer que el trabajo desde casa sea mejor?
Tengo una lista que he preparado especialmente: 

Autoeficacia: Esta es la convicción personal de que tenemos ciertas capacidades y competencias que nos van a permitir salir airosos de los problemas y es al mismo tiempo, una actitud decidida de acometer los problemas que se nos presentan, de forma positiva. Es decir, representa nuestras creencias de que somos capaces de resolver los problemas que surjan, así como la fe en que somos capaces de ser exitosos al resolverlos. Estudios hechos a personas que hacen tele-working señalan que hay una alta  correlación entre autoeficacia en trabajadores remotos y su desempeño y satisfacción. 

Tips para mejorar tu autoeficacia:

  • Nunca digas “No puedo”. Recuerda que lo imposible no existe
  • Descarta el pesimismo para que no caigas en profecías de autocumplimiento.
  • Plantea bien tus metas: Ni imposibles de alcanzar ni tan sencillas que sea fácil cumplirlas.
  • Ponte a prueba y arriésgate: Te dará mejor capacidad de enfrentar las cosas nuevas y diferentes.

Automotivación: La motivación se deteriora en el trabajo remoto debido sobre todo a que los factores de motivación positiva disminuyen (sensación de empoderamiento, sentido de propósito y capacidad de desarrollar el propio potencial); mientras que los elementos de motivación negativa se incrementan (Stress, inseguridad y sensación de no pertenencia).

¿Cómo mantener tu automotivación en trabajo remoto?

  • Evitar postergaciones: No esperar a “tener ganas” de hacer las cosas
  • Pon “manos a la obra”, el hacer las cosas te permite sentirte mucho mejor con tu trabajo.
  • Cuando tengas logros, prémiate a ti mism@.
  • Pierde el miedo a equivocarte.

Gestión del tiempo: Es la capacidad de organizar nuestras agendas para que seamos capaces de cumplir en tiempo y forma con nuestras tareas y responsabilidades.

  • ¿Cómo mejorar tu gestión del tiempo?
  • Establece horarios y cíñete a ellos.
  • Procura establecer un espacio que uses para trabajar.
  • Hazle saber a la familia y amigos que no estás disponible durante tu jornada.
  • Finaliza tu día laboral. Establece una hora en la que la actividad finaliza y cúmplela.

Autodisciplina: Te hace posible evitar ir tras de las recompensas de corto plazo para así hacer factible concentrarte en tus  logros de largo plazo.

Pautas para incrementar tu autodisciplina:

  • Aparta de ti las distracciones al máximo.
  • Desafíate a cada paso con tus labores, especialmente con lo que no te gusta hacer.
  • Ejerce la autocompasión (Perdónate por haber flaqueado en tu propósito) y sigue moviéndote hacia adelante.

Organización: Es la capacidad de mantener un orden sistemático en tu entorno de trabajo que te permita tener a la mano las herramientas que necesitas.

¿Cómo mejorar?

  • Reduce antes de ordenar: Asegúrate de no estar manteniendo cosas o información innecesaria antes de ordenarla.
  • Utiliza listas de tareas para cada una de las actividades y revísalas siempre para asegurarte que no olvidas nada.
  • Mantén la información por escrito, siempre.
  • Haz una cosa a la vez.

Utiliza estos consejos para que puedas mejorar tu capacidad de ser más eficaz en el desarrollo de tu trabajo desde casa. 

Si quieres conocer más sígueme como @theskillsdude en LinkedInThe Skills Dude, Sitio web de educación
https://theskillsdude.com/descubre-tus-soft-skills
Si necesitas ayuda para echar a andar tu propio plan personal de desarrollo, no dudes en escribirme a francisco@the skills dude.com

 

TARDE O TEMPRANO, TODOS VENDEMOS ALGO

El primer requisito es que el vendedor realmente crea en el producto o servicio que vende.
El primer requisito es que el vendedor realmente crea en el producto o servicio que vende.
“Así que apégate a la lucha cuando estés más golpeado; es cuando las cosas parecen peores que no debes renunciar.” Rudyard Kipling

Son los versos finales de “Don’t Quit” -No abandones- poema del británico de Rudyard Kipling (1865-1936) y viene a pelo para lo que le quiero contar.

Mucha gente en nuestro entorno ha perdido su empleo o no tiene manera de continuar llevando a cabo la actividad económica a la que se dedicaba antes de la crisis. Por lo tanto se ha lanzado heroicamente a llevar a cabo un emprendimiento distinto a aquel acostumbrado: Venden alimentos, suministros, bebidas y servicios a domicilio; salen a las calles a ganarse el sustento como pueden y hacen lo que está a su alcance.

Las personas que conservan su empleo ven también como algo necesario desarrollar su capacidad de vender sus habilidades, sus servicios o su capacidad a sus empleadores. Póngase a pensar: La empresa donde trabaja va a reducir personal. Tienen que escoger sacar a una de dos personas: ¿Será que sacan a la más inteligente o a la que mejor vende su potencial al interior de la organización?

Es por eso que, pensando en tod@s ell@s que mi nota se dedica a explorar cuáles son las soft skills que se hace necesario dominar para tener más éxito en las ventas. Y ojo que hablo de vender lo que sea, bajo cualquier formato: Bienes, servicios, información, experiencias; tanto a consumidores finales como a empresas o intermediarios. Se trata de  la venta pura y dura, esa que todos estamos obligados a  conocer y utilizar cuando los tiempos se ponen difíciles.

Antes de empezar con la lista, creo que es importante detenernos a entender las razones por las que algunas personas son mejores que otras en la tarea de vender.

El primer requisito es que el vendedor realmente crea en el producto o servicio que vende. Si esto no ocurre, no va a ser posible que le ponga a la operación de venta el nivel de convicción que hace falta para causar una buena impresión en el prospecto. Es decir, si tiene una tía que teje unos sweaters que a usted le parecen horribles, pero quiere ayudarla,  mejor ni lo intente: No va a funcionar. ¿Quiere venderse a sí mism@, sus servicios o sus capacidades? Lo primero que tiene que desarrollar es la autoconvicción de que usted es realmente buen@ en lo que hace.

La segunda cosa importante es entender que la venta es un proceso centrado en el cliente, no en el producto, sin importar lo bueno que este sea. Lo que realmente importa es que conozca bien lo que el cliente necesita, para que de esa manera pueda “traducirle” las características de su producto o servicio de modo que le resulte atractivo.

Un tercer asunto de importancia a considerar es que la gente no compra productos ni servicios (esta es la principal razón por la que no sirve hablar incansablemente de las características de lo que vende). La gente compra soluciones a los problemas que tiene. Un par de ejemplos sencillos le pueden ayudar a entender mejor este punto.

Piense en la razón por la cual compra una pizza o una clase de inglés. ¿Es porque tiene hambre? ¿Es porque le gusta la lengua de Shakespeare? ¡Para nada! Compra una Pizza porque le da pereza cocinar ese viernes en la noche. Estudia inglés porque cree que no hablarlo es una limitación al avance de su carrera. Pues bien, por eso le sugiero que conozca a su cliente potencial y su necesidad: Para que sea capaz de hacerle ver que tiene las soluciones que requiere.

Dicho esto, veamos algunas de las  soft skills que necesita desarrollar para aumentar su éxito haciendo ventas

  1. Empatía: El viejo “Póngase en los zapatos del prójimo”. Sentir cómo se siente el otro. Esto le va a ayudar a tocar los botones adecuados durante la charla. Le va a ayudar a descubrirlo: sus debilidades, sus motivaciones y ello le permite avanzar con mucho mayor tino en el camino de alcanzar a conquistarlos.
  2. Escuchar: Recuerdo a mi abuela; “Tienes dos ojos y dos orejas, pero solo una boca”. Escucha y mira el doble de lo que hables. No importa que crea que su producto es realmente excelente y sea un boom de ventas. Eso es irrelevante para su prospecto. Si presta la debida atención a lo que se dice, podrá descubrir lo que les molesta y quieren resolver; qué es lo que realmente buscan. ¿Siente que su prospecto no está hablando lo suficiente? Hazle preguntas inteligentes que lo lleven a decirle más cosas.
  3. Comunicación: Ser capaz de transmitir el mensaje correcto, de la manera adecuada es algo que va a tener que ocupar a diario. Ya sea para responder las consultas de los clientes o proporcionar una demostración a un grupo de participantes en un seminario web, necesita ser una luz comunicando. Además, es muy importante dominar la capacidad de adecuar mensajes a plataformas de comunicación diferentes (oral, escrita, correo, web, llamadas telefónicas, etc) y a grupos distintos también.
  4. Persuasión: Tan importante como la habilidad de comunicación es la persuasión. Es el arte de influir en las personas para que hagan lo que a ellos más les conviene, pero que ello coincida con sus propios intereses como persona de ventas. Por ejemplo, para seguir con el ejemplo del curso de inglés, si el vendedor es capaz de entregar algo gratis al prospecto; si puede hacerle entender que lo que le ofrece es un bien escaso; si le demuestra que las personas más exitosas lo tienen; estará utilizando con mucho provecho varios de los principios de persuasión que son importantes ayudas para cerrar ventas.
  5. Inteligencia emocional: ¿La diferencia entre una persona de ventas promedio y una sobresaliente? Su nivel de inteligencia emocional. Las personas emocionalmente inteligentes pueden leer las emociones de los demás con facilidad y luego exhibir sus propias respuestas emocionales para lograr el resultado deseado. Tener alto nivel de inteligencia emocional le va a ayudar a lograr una conexión emocional importante, que va a asegurar que las personas recuerden el modo cómo la hiciste sentir y como consecuencia, tengan mayor propensión a acceder a lo que le sugieres.
  6. Último punto: La actividad de venta está llena de momentos de “Se lo agradezco mucho, pero no”. Para aprender a sobrellevar esas frustraciones y poder tener la energía para salir adelante, la habilidad que necesitas desarrollar es la Resiliencia

Si quiere recuperarse rápido y bien de ellas, tengo un curso excelente: “Soft Skills para Recuperarse: Sus Primeros Superpoderes” que le enseña a hacer crecer su resiliencia y las otras siete habilidades que la sostienen. 

Lo encuentra aqui: https://bit.ly/2YxXkP7

Así que ya lo sabe, si la vida le obliga a salir a vender aunque nunca antes lo haya hecho, haga la prueba fortaleciendo estas habilidades y verá que le va a ir mucho mejor.