Japón es el país con mayor cantidad de maáquinas expendedoras del planeta: existe una por cada 23 habitantes, lo cual arroja un total aproximado de cinco millones y medio de máquinas. Sin embargo, cuando se habla de las populares jidohanbaiki como se les denomina en el idioma local, se piensa más que nada en máquinas expendedoras de bebidas o cigarrillos, las más comunes en todo el país, pero lo cierto es que estas máquinas se adaptan para vender todo tipo de productos, desde condones y fruta hasta bolsas de arroz, camisas o prendas de ropa interior. En las zonas rurales del país o en aquellas apartadas de las estaciones de tren, donde es muy difícil encontrar supermercados o tiendas de conveniencia, es normal encontrar máquinas en las cuales los agricultores de la zona venden lo que producen y cosechan.
Los productos más normales de encontrar en esta especie de bodeguitas de barrio son huevos, papas, cebolla, arroz y cuando es la época, repollos, nabos y calabazas.
En la imagen, uno de estos puntos de venta directos: 15 huevos por 300 yenes y cuatro cebollas por 200 yenes. En Japón las cosas se venden por unidades o bolsas con varias unidades, no por kilos.
En Japón es bastante común que se organicen todo tipo de ferias y exposiciones, desde las de alimentos tipo Foodex donde se presentan nuevos productos y tendencias alimenticias con potencial para ingresar al mercado japonés, hasta el Tokyo Motor Show, donde la industria automotriz mundial pero principalmente la nipona, presentan lo último en autos híbridos, eléctricos y otras tendencias futuristas.
En todas estas ferias, uno de los principales atractivos son las anfitrionas o impulsadoras de ventas: bellas y muchas veces imponentes mujeres, que enfundadas en trajes de la marca o empresa expositora promueven un stand, animan al público a degustar y atraen la atención de la prensa con lo cual, el producto logra mayor publicidad y presencia en medios y redes sociales.
En resumen, Japón no escapa a la tendencia global de asociar la belleza de una mujer a un producto, principalmente al sector automotriz y en segundo lugar, al de videojuegos.
Estas jóvenes, extranjeras o japonesas, son asediadas por fotógrafos profesionales y aficionados que créalo o no, hacen cola para retratarlas desde todos los ángulos y poses diferentes o kawaii.
Según datos extraoficiales, en Japón circulan más de 260,000 taxis de los cuales, 35,000 brindan servicio en Tokio operados por 300 compañías diferentes.
Además de una esmerada atención y de una amabilidad sin límites por parte de los conductores, algunas compañías de la capital nipona han comenzado a incrementar el nivel de su servicio vendiendo tres productos básicos que el cliente puede adquirir dentro del propio taxi: paraguas, para los pasajeros que en días lluviosos olvidan el suyo; mascarillas, nunca tan oportunas en tiempo de pandemia; y botellas de agua para aquellos pasajeros que deseen relajarse y descansar brevemente durante el trayecto hacia su destino.
Los productos no tienen marca, el costo incluye el impuesto al consumo y el precio de los productos es el básico, es decir que la empresa no gana ningún porcentaje con la venta, que solo busca aumentar la calidad del servicio de taxi.
¿Quién dice que en Tokio no existen áreas verdes? El Parque Yoyogi, ubicado en la céntrica y estrafalaria (por la “fauna” que se puede observar en sus inmediaciones) estación de tren de JR Harajuku, no solo es uno de los “pulmones” más grandes de la capital nipona, sino de hecho, el área de recreo más concurrida donde se pueden observar desde grandes grupos de amigos comiendo y bebiendo, hasta clases de salsa, parejas solitarias, grupos musicales de varios tipos y géneros, y hasta perritos patinadores o con zapatillas. Un área que luego de la pandemia o a pesar de ella, ha comenzado a tener actividad nuevamente y de forma masiva. Por ello y si decide darse una vuelta por Tokio y quiere conocer un área internacional, divertida y poco común de la capital nipona, no dude que el parque Yoyogi es el lugar adecuado para realizar lo que se puede denominar “turismo urbano”.
Voté al mediodía en Tokio y en un ambiente de mucha comodidad y tranquilidad.
Alegró y hasta sorprendió ver a muchos compatriotas. Según un amigo que fue voluntario también en la primera vuelta, podría hasta haber triplicado el número de votantes de abril pasado, durante la primera vuelta.
Todo llevado dentro de lo esperado, con mucha tranquilidad y orden, con la gente colaborando en todo, desde los respectivos controles de temperatura y desinfección de manos de rigor en la puerta de ingreso.
Pero noté un ingrediente especial que no había percibido en otras convocatorias a sufragio: la gente iba con mucho entusiasmo y cualquier japonés que se les cruzaba podría haber pensado que por allí habría un estadio donde estaría jugando alguna selección peruana.
Sé que incurriré en un lugar común para este tipo de cosas, y arriesgándome para muchos a la huachafada. Sí, lo de hoy puede calificar como una fiesta peruana, de ésas que solemos hacer los 28 de julio. O «fiesta de la democracia», perdonen la debilidad, pero fue algo muy especial.
Fue bonito, repito, ver a decenas de compatriotas luciendo la camiseta blanquirroja, con vinchas de «Contigo Perú», otros llegaron con grandes banderas, uniformados de rojo y blanco. Reencuentros de amistades que no se veían (no nos veíamos) después de mucho tiempo, gente comentando fuera del local lo pésimo que jugó la selección, alguien por allí haciendo su agosto en junio vendiendo inka colas, etc.
Y es que hoy nos jugábamos un partido importante, sino los descuentos. Había que ser más peruanos que nunca, porque la patria está de cabeza, y nuestro granito de arena había que ponerlo también desde acá. Mínimo, yendo a votar.
Dentro de unas horas -o algunos días, tal vez- tendremos los resultados. Esperemos que el veredicto popular sea reconocido por el bando perdedor en clima de tranquilidad y, en el grupo vencedor, aceptado con alegría, sin soberbia y conscientes de su compromiso. Sin olvidar que una abrumadora mayoría de peruanos no los quiso en Palacio en primera instancia.
Volviendo a lo de hoy en Japón, felicitar por la organización a los responsables de hacer posible que podamos emitir nuestro voto con toda comodidad y en una coyuntura difícil planteada por lo de la pandemia.
También a aquellos compatriotas que dijeron presente en su labor como miembros de mesa, posibilitando que todo corra de la mejor manera.
Y quiero subrayar sobre todo un reconocimiento a aquellas personas que se enrolaron como voluntarios para apoyar al Consulado.
Son muchos y en cada lugar en el Japón en donde hubo que poner ánforas. Son ellos los que acuden siempre al llamado para ayudar a las autoridades peruanas y los que, como usted o yo, también deben tener algo que hacer este domingo, pero lo reservaron para poner el hombro en estas Elecciones.
Ellos nos demostraron que el civismo y hacer posible la práctica de la democracia, tienen que ver también con este tipo de labores, tanto o más que el legítimo derecho de emitir nuestras opiniones en ese «mundo chiquito» que son nuestras cuentas en redes sociales, esas ágoras modernas en las que tal vez hayamos protagonizado encarnizadas discusiones por defender nuestra posición y a los candidatos que queremos ver como presidentes en esta nueva elección.
Y hablando de redes sociales, también hubo cosas no muy «festivas».
Aguafiestas, tumbatonos, me dirán.
Vi que muchos compatriotas no pudieron resistirse a la tentación de hacerse un «selfie» votando (o selfi, según la Real Academia de la Lengua), tomándole una foto a su cédula de votación, ya marcada, definiendo su preferencia, para luego proceder a publicarla en sus redes sociales.
Vieron la oportunidad de pasar a la posteridad por ello, en ese justo momento, cuando aún no había terminado el horario de votación en Nihon (y ni comenzado en Perú y otros países, ojo). «Luchando por la democracia», habrían subtitulado en leyenda, quizás.
No pues, una elección no es hacerle fotos a la ensalada de tu almuerzo, ni documentar el paseo que te diste a Disneylandia para recaudar «likes».
Eso, según la ONPE, es un delito penado por ley que podría reprimirse con una pena privativa de la libertad de hasta un año o servicios comunitarios. Mostrar el sentido de tu voto en medio del proceso, puede interpretarse como inducir o tratar de influir en los demás. Digo, nomás.
Y, dicho lo dicho, solo esperar desesperando.
Nota original publicada por Eduardo Azato en su Facebook personal, adaptada para la Revista Digital Kyodai Magazine.
En la segunda vuelta de las Elecciones Generales le ganó ampliamente a Pedro Castillo
Con total normalidad, en un ambiente casi festivo y siguiendo estrictas medidas de seguridad sanitaria, se llevó a cabo el día de ayer domingo 6 de junio a lo largo de todo el territorio japonés, la segunda vuelta de las Elecciones Generales peruanas, una jornada que se caracterizó por una mayor afluencia de votantes con respecto a la primera vuelta realizada el pasado 11 de abril, así como por una organización impecable de los comicios por parte de los consulados generales del Perú en Tokio y Nagoya.
En total y desde la prefectura de Okinawa en el sur hasta la prefectura de Gunma en el norte, los consulados de Tokio y Nagoya habilitaron 11 sedes de votación para un padrón electoral compuesto por 34,073 personas, las cuales debieron elegir al “presidente del bicentenario” entre la candidata de Fuerza Popular Keiko Fujimori, y el candidato Pedro Castillo de Perú Libre.
A lo largo del día y en casi en el íntegro de las sedes se reportó una gran afluencia de público, prácticamente el doble del que acudió a las urnas durante la primera vuelta del 11 de abril, aunque todo parece indicar que el ausentismo electoral se mantiene por encima del 60% del padrón de votantes.
Igualmente y a pesar de que no hay resultados oficiales, los cuales serán publicados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) en su página oficial, por los resultados parciales de varias de las principales sedes, entre ellas la de Tokio, Gunma y Nagoya, se sabe que la candidata Keiko Fujimori arrasó con Pedro Castillo en una proporción de 9 a 1.
Por ejemplo en la sede de Tokio, la más representativa de todas porque congrega la mayor cantidad de votantes de todo el país (8, 813 personas), Fuerza Popular obtuvo 2,638 votos equivalentes al 89,8% de los sufragios válidos, Perú Libre alcanzó 228 votos equivalente al 7.8% de las preferencias mientras que los votos nulos y blancos totalizaron 72 o el 2,4% de los resultados, todo lo cual totaliza 2,938 votos emitidos lo que a su vez arroja que en la sede de Tokio, el ausentismo del 66,6%.
La jornada electoral en Japón terminó a las 16:00 horas, y luego de realizarse el respectivo recuento de votos y el llenado de las actas electorales, las mismas fueron agrupadas en las sedes de Tokio y Nagoya y remitidas al Perú vía valija diplomática el mismo día domingo, a donde llegarán el martes 8 de junio para ser incluidas en el cómputo final de votos.
Si bien la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) emitirá un primer resultado de los comicios a las 23:00 horas del domingo 6 en Perú (13:00 del lunes 7 en Japón), el titular de la institución Piero Corvetto, explicó que los resultados finales de las elecciones se conocerán aproximadamente el viernes 11 de junio.
Sin embargo y si se observan muchas actas electorales y tal como se prevé, el resultado es muy apretado, el resultado final de los comicios se sabrá cuando los Jurados Electorales Especiales terminen de absolver las tachas de las actas observadas, lo cual puede llevar varios días.
A pesar de una persistentes pero ligera lluvia que cayó en buena parte del archipiélago, las elecciones peruanas se vivieron en un ambiente casi festivo caracterizado por el reencuentro de amigos y familiares. No solo se trataba de la acostumbrada fiesta democrática que vimos en otros comicios, sino de una especie de alegría por “volver a ver tantos compatriotas juntos a pesar de la pandemia”, como indicó una votante a nuestra revista, “y lo mejor de todo, en orden y cuidando los protocolos de bioseguridad”.
El 4% del padrón
A nivel general, los 997.033 peruanos que sufragan en el exterior representan el 4% del padrón electoral, una cifra que en estas elecciones ha cobrado mayor importancia porque con nuestro voto, los PEX podríamos inclinar la balanza por uno de los candidatos en medio de unos comicios que se supone, tendrán un final de fotografía bastante apretado.
La votación de los peruanos en el exterior se llevó a cabo en 3,440 mesas ubicadas en 214 locales de votación que se instalaron en 213 ciudades de 79 países, mesas de sufragio que estuvieron atendidas por 20,580 compatriotas que fungieron como miembros de mesa.
Los cinco países que presentan una mayor concentración de votantes son Estados Unidos con un total de 309,602 electores (1,044 mesas de sufragio), España con 152,212 electores (514 mesas), Argentina con 143,189 votantes (480 mesas), Italia con 94,590 votantes (321 mesas), y Japón con 34,076 compatriotas distribuidos (en 119 mesas de votación), según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En total, la suma de lo votantes en estas elecciones fue de veinticinco millones 287 mil 954 peruanos de los cuales el 50.4 % son mujeres y el 49.59 % hombres.
Dentro del Perú, los departamentos con mayor cantidad de votantes y donde es más importante para los candidatos obtener mayoría son: Lima con 8 millones 322,644, La Libertad con 1 millón 429,469, Piura con 1 millón 396,448, Arequipa con 1 millón 145,268, Cajamarca con 1 millón 103,247 y Cusco con 1 millón 25,280.
En las imágenes, los comicios realizados en Malasia, Japón, Seúl, Australia, China, Tailandia, Filipinas y Hong Kong
Desde mediados de junio, Japón planea inocular a un millón de personas al día
A partir del próximo lunes 21 de junio, el proceso de vacunación contra el COVID-19 también se comenzará a realizar en centros laborales y universidades, indicaron hoy las autoridades japonesas que con esta medida, buscan acelerar la campaña de vacunación para ciudadanos comunes, la misma que se encuentran visiblemente atrasada en este archipiélago con respecto a otras naciones desarrolladas.
Hasta el día de hoy, 104 días después de iniciar el proceso de inoculación el pasado 17 de febrero, Japón ha logrado vacunar solo al 2,6% de su población. Este porcentaje incluye a 6,46 millones de personas con las dos dosis y a 5,84 millones de personas con solo una dosis.
Las autoridades indican que la vacunación va tan lenta, porque les es muy difícil encontrar lugares adecuados para instalar los centros de vacunación, entre otras razones.
El anuncio de la vacunación en centros laborales y universidades fue realizado por Katsunobu Kato, secretario en jefe del gabinete y uno de los portavoces del actual gobierno, que no dio mayores detalles sobre el tema.
Pocas horas después, Kato realizó un anunció mucho más importante que se desarrollará a largo plazo y tendrá mucho que ver en la futura seguridad sanitaria de la población: Japón elaborará una estrategia nacional para facilitar la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas contra los males que se presenten en el futuro, un esfuerzo que al parecer también incluye la elaboración de la vacuna japonesa contra el COVID-19.
Otra medida que busca agilizar el proceso de vacunación, son los dos centros de vacunación masiva que se inauguraron hace una semana en Tokio y Osaka, y que ya se encuentran funcionando a toda su capacidad.
Estos centros son administrados por los gobiernos de Tokio y Osaka pero su manejo recae en las Fuerzas de Autodefensa, cuyas previsiones son vacunar entre 5,000 a 10,000 personas mayores de 65 años por día durante un periodo de tres meses, periodo luego del cual se evaluará la necesidad de mantenerlos operativos.
En los centros de vacunación masiva se está utilizando la vacuna de Moderna, mientras que las inoculaciones a cargo de los gobiernos locales siguen realizándose con vacunas Pfizer.
A partir de mediados de junio, las autoridades esperan poder vacunar a un millón de personas por día en todo el país. Con la puesta en marcha de los dos centros masivos de vacunación, la cantidad de inoculaciones diarias aumentó a medio millón, de las 230,000 que se aplicaban hasta la semana pasada.
Las autoridades del Ministerio de Salud están planificando agregar personal de paramédicos, técnicos de laboratorio clínico y otro personal médico calificado a las campañas de vacunación, con la finalidad de alcanzar la meta de un millón de inoculaciones diarias.
Actualmente, Japón se encuentra sufriendo la cuarta ola de contagios debido principalmente, a las nuevas cepas del virus que han ingresado al país, debido a esto, el gobierno amplió el estado de emergencia en Tokio, Osaka y otras siete prefecturas hasta el próximo 20 de junio.
Dos veces por semana recibo de Linkedin un boletín que se llama “The Future of Working” o “El futuro del trabajo”.
El propósito del boletín es compartir historias e investigaciones sobre los factores que nos afectan a nosotros y a nuestro trabajo mientras navegamos por el COVID-19.
Tiene autores y contenidos de primera, así que si el tema te preocupa (como nos preocupa a todos) te recomiendo suscribirte.
La semana pasada, recibí un artículo escrito por Raghu Krishnamoorthy, quien es un experimentado líder en gestión de personas en diversas industrias como servicios financieros, aviación, salud y conocimiento de las realidades de los mercados de Asia, Europa y EEUU.
El artículo en cuestión se llama “What are we learning about the NEW competencies of a virtual leader?” o “¿Qué es lo que estamos aprendiendo sobre las nuevas competencias de un líder virtual?”.
Trata temas relacionados con los problemas que hoy los líderes que gestionan equipos a distancia, enfrentan en la relación cotidiana con sus equipos de trabajo, debido al distanciamiento que nos ha impuesto la pandemia.
Me permito acotar aquí que si bien es la crisis sanitaria el origen de muchos de estos temas, yo personalmente no creo que una vez superados los problemas el fenómeno del trabajo desde casa se reduzca hasta desaparecer.
Tengo la impresión de que esta modalidad de trabajo es parte de la “nueva normalidad” con la que tendremos que convivir en lo sucesivo. Pero más allá de mis ideas al respecto, me parece importante compartir contigo varios planteamientos muy interesantes, contenidos en el artículo de Krishnamoorthy.
Los hallazgos sobre el liderazgo a distancia
El autor señala que en sus investigaciones sobre los cambios del trabajo en casa, encuentra cuatro inconvenientes principales desde la perspectiva del trabajo de los líderes (Lo que leerás a continuación es una traducción e interpretación libre mía del texto original escrito en inglés):
a) Falta de interacción física,lo que significa una pérdida de sinergias cara a cara. Apenas un 30% de todas las comunicaciones ocurren verbalmente, el resto ocurre de manera no verbal. Como consecuencia, comunicarse a través de la computadora es solo el 30% de lo que ofrece un entorno cara a cara.
b) Problemas en la generación de confianza, ya que esta tendrá que construirse a distancia, sin una conexión humana natural. Un estudio afirma que se necesitan de 3 a 9 meses para establecer la confianza siempre que exista un esfuerzo consciente para hacerlo. La comunicación por medios digitales con los nuevos colaboradores se ve muy afectada entonces.
c) Problemas importantes de previsibilidad y fiabilidad. Debido a que la coordinación no es espontánea, debe ser deliberada y focalizada. Si bien la productividad no ha disminuido (ya que los empleados ahorran tiempo de viaje, tiempo de reunión, restricciones de viaje, etc.), muchos líderes no están seguros de la efectividad en proyectos a largo plazo, que requieren creatividad y colaboración.
d) Deterioro de relaciones e interacción sociales.El uso de sistemas de videoconferencia hace que la comunicación pierda gran parte de la riqueza disponible solo en interacciones cara a cara.
Una cierta “ósmosis” social y humana es esencial para que las personas tengan un sentido de comunidad y pertenencia. En su ausencia, las interacciones se vuelven más transaccionales.
Y no es fácil hacer algo transformador. No es sólo cómo se hace el trabajo lo que ha cambiado ahora; incluso cambió la forma en que los líderes desempeñan sus funciones.
Por lo tanto, estos deben adaptarse a un rol completamente nuevo: nuevas herramientas, nuevas formas de trabajar, dirigir e involucrar a sus equipos.
A menos que los líderes se den cuenta y cambien con las diferentes dinámicas, les va a ocurrir como a la pobre rana hervida: ¡Incapaces de sobrevivir en un nuevo contexto!
Lo que el líder de equipos a distancia necesita ajustar
Pero nuestro autor no se queda solamente en el sencillo expediente de pintar cuadros tenebrosos para asustar a incautos. También ensaya algunas ideas para que seamos capaces de construir vías de solución.
Así, nos propone llevar a cabo ajustes básicamente en dos dimensiones: La dimensión de las tareas y la dimensión de la confianza.
En la primera de dichas dimensiones, la de las tareas, propone cuatro entendimientos fundamentales:
1.Entender el modo como las personas están llevando sus actividades, 2.entender lo que está ocurriendo en sus vidas personales, 3. entender cómo están manejando los procesos de trabajo y 4. la consecución de metas y entender los sentimientos que ellos están experimentando.
En lo que respecta a la dimensión de la confianza, propone construirla -pese al entorno poco favorable de la distancia- a través
1. del empoderamiento, 2. el entendimiento de la situación de cada uno de los colaboradores y 3.enfocarse en fortalecer el sentido de pertenencia de los colaboradores.
Las soft skills involucradas con un liderazgo a distancia que sea eficaz
Ahora bien, para que todos estos problemas sean adecuadamente abordados, para que los ajustes en las dimensiones de las tareas y de la confianza sean posibles de ejecutar, los líderes necesitan de una serie de habilidades, diferentes a las que desarrollaron en el entorno anterior, es decir en el tiempo del trabajo presencial.
Fue con todo ello en mente que desarrollé mi curso digital “Soft Skills para liderar equipos a distancia” que puedes encontrar en la sección de CURSOS. En él, no solo analizamos a fondo las necesidades que hoy enfrenta el líder debido al trabajo a distancia, sino que detalla cómo llevar a cabo tres tareas fundamentales que tiene que dominar: Motivar a su equipo de nuevas formas, cautelas el bienestar emocional de los colaboradores y cómo organizar el trabajo propiamente dicho.
Junto con ello, abunda en detalles sobre habilidades que es necesario que el líder desarrolle más aún: Comunicación empática, hacer buenas preguntas y escuchar con detenimiento. Pero no se queda allí, desarrolla otras habilidades tales como técnicas para influir en el equipo, herramientas para mejorar la adaptabilidad ante nuevas circunstancias y cómo promover la autoeficacia de los integrantes del equipo para que sean exitosos en un sistema de trabajo que requiere de mucha mayor autonomía.
En conclusión, es un curso que está perfectamente alineado con las más modernas tendencias de liderazgo global y está pensado para ser trabajado en el contexto de la realidad de nuestros países de América Latina. Concentra además mi experiencia y conocimiento de más de tres décadas desarrollando personas y liderando equipos exitosos que trabajan ya a distancia, porque estaban en diferentes ciudades de la región.
“Donde se come… no se caga”[1]. No se conoce dónde aprendió esta decidora frase, pero Ella solía decirla para mostrar de manera contundente la gratitud y la lealtad que todo bien nacido espíritu debe tener para aquél que le tiende una mano y le ofrece la simple alegría de poderse llevar un pan a la boca, cuando de verdad las tripas retumban. Sabiduría popular, que le dicen. Conocimiento que brota de la humildad del que, con una mano atrás y la otra adelante, tuvo que emigrar en busca de un destino mejor. Ética de los que estando bien abajo, nunca dejaron de mirar hacia arriba con la fuerza que da la esperanza, con la fe que da valor.
Si Japón es el país del Sol naciente, Okinawa reposa en las aguas al sur de donde nace el Sol. De allí salió Ella en un viejo barco que, después de treinta y tantos días de navegación, arribó a una tierra de la que apenas sabía el nombre: Perú. Atrás quedaban la familia y las estrecheces del terruño propio; atrás quedaba San Francisco, el puerto norteamericano que pudo ver por la escala sanitaria que hizo la embarcación, donde por primera vez pudo comer –“¿qué será esto?”– pan con jamonada y donde también por vez primera vió, asombrada, hombres negros.
Por delante, tenía una nueva vida en otro suelo y la incertidumbre de un marido al que nunca había visto sino por foto. Al parecer, las cosas no caminaron muy bien, pues al cabo de un tiempo el hombre regresó a Okinawa, dejándola sola en el Perú. Más sola que nunca, porque se llevó consigo al hijo nacido de la frustrada relación; hijo que sólo pudo ver cincuenta años después cuando éste, adulto ya, regresó a ver y reconocer a la madre de la que fue arrancado siendo un niño.
Mujer sencilla, laboriosa, casi espartana, que no entendía de relaciones sociales y de muy pocas amistades, que no se sabe bien cómo terminó arrejuntándose con un paisano, bastante bebedor y muy orgulloso de su pasado militar por haber servido al ejército japonés en Siberia, Ella tuvo otros cinco hijos, a quienes sacó adelante luchando con, y muchas veces contra, el ex militar pasado de copas. Cuando éste murió, se vió otra vez sola, pero ahora con cinco chicos que mantener, y allí las cosas se pusieron color de hormiga. El hijo mayor, buen futbolista y amante de leer libros en la bañera, murió de hidropesía. Y, al cabo de un mes, una meningitis se llevó a la menor de sus hijas; hundiéndose en una depresión de la que pudo salir sólo por el impulso y el apoyo de la hija mayor, la fuerza que impidió que eso dejara de ser una familia.
Pasaron muchos años, muchas luchas y desvelos, pero Ella los supo siempre llevar con la sabiduría de la gente hecha de buena madera. Se levantaba antes que el sol despertara y, tempranísimo, empezaba su día sancochando fideos, lavando arroz, limpiando mesas y sillas, para recibir a sus caseros con el café con leche servido en vaso y el pan caliente crujiendo cuando se lo partía. Yo también trataba de levantarme temprano para alcanzarla antes de que saliera a hacer la plaza. De su mano iba al mercado, sorprendiéndome con la cabeza de chancho entera en el puesto de la señora que vendía chicharrones; o compadeciéndome de las pobres gallinas degolladas, desangradas, sancochadas y desplumadas, que terminaban en los ganchos colgadas para atraer la atención del respetable. Ella iba a hacer las compras para el almuerzo, y si la acompañaba, yo me ganaba un jugo surtido preparado de los porrones donde la papaya, la piña, el plátano y la betarraga, pelados y picados, nadaban, y saltaban directo a la licuadora, y de allí al vaso, y con yapa, por favor. Era un espectáculo, casi un parque de diversiones, la placita, La Paradita, el mercado cerca de casa.
Llegó la adolescencia y la edad en que empecé a llegar “temprano”, los domingos por la mañana. Y la edad en que empecé a llegar sazonadito, los domingos por la mañana. Y para fastidiarla, antes de subir a la casa, pasaba por la tienda, y sobre los tragos que ya traía encima, fingía una borrachera que no me dejaba ni hablar. Ella sólo decía: “Uy, ya toma, uy, ya ‘ta tomando”, para sólo después decirle: “no, me estoy haciendo, no he tomado nada”, y nos reíamos, pero no me estaba haciendo pues algo ya tomaba…
Ella y yo fuimos, por encima de todo, amigos. Veíamos la telenovela juntos, me encantaba hacerla reír diciéndole: “Aquí estamos en Perú. Háblame en castellano. La tuya, por si acaso. ¿Dónde está tu carnet de extranjería? Cuidadito que te denuncio”. La última vez que la vi fue en el aeropuerto Jorge Chávez. Ya había pasado el control de migraciones, cuando en el pasillo la vi con mi viejo, que la había hecho llegar no sé cómo hasta allí. Y, aunque ya había hecho varias idas y venidas, Ella sabía en el fondo, que era la última vez que nos íbamos a ver. Lloramos juntos y me fui.
Me dijeron que se quedó como dormida en el final. Me dijeron que alguna vez la encontraron llorando porque le pareció que yo había regresado, le pareció haberme visto y que me había ido sin siquiera saludarla, cuando en realidad yo estaba al otro lado del mundo pero siempre pensando en Ella. Ella fue mi abuela, mi amiga, la mujer que me quiso de gratis, sin pedir nada, sin esperar nada.
[1] Proverbio popular «donde se come no se caga» que establece que debe cuidarse mucho el puesto en el que uno trabaja, o ser agradecido con quien te alimenta, tratando de evitar la provocación de hechos que puedan costarle el cargo o la relación de quien te da la mano.
Nota publicada en Perú Shimpo, en mayo 2015, adaptada para la Revista Digital Kyodai.
A través de esta nota titulada “Ella”, celebramos a todas las personas que cumplen el rol de Madres en todas sus connotaciones.
Mi madre tenía una manera muy especial de mantener sus cosas en orden y yo era una de las víctimas de ello. Por ejemplo, tenía una cómoda antigua, muy grande, con cinco cajones. En cada uno de ellos guardaba cosas diferentes: ropa, manteles, fotografías y otros recuerdos viejos, entre otras trastes por el estilo. Mantenía siempre la cómoda con llave (como si hubiera alguien interesado en robarse calzones usados, fotos en blanco y negro o tapetes artesanales horribles) y cada cajón se abría con una diferente.
Cada vez que tocaba cambiar sábanas o manteles, me enviaba a buscarlos allí. Ese era mi tormento: Todas las llaves de la casa estaban conservadas en un cofrecito. Ninguna tenía nada que pudiese ayudar a intuir su lugar de procedencia. Por lo tanto, la búsqueda implicaba un complejo ejercicio de prueba y error. Para colmo, cada vez que buscaba una llave en especial, esta era la última en salir.
Las primeras llaves en asomar eran todas aquellas que no servían para abrir el dichoso cajón de turno.
Y ese fue mi temprano modo de descubrir el principio “Si algo malo puede ocurrir, ocurrirá”, conocido como Ley de Murphy; que es el mismo que explica que las tostadas caigan siempre del lado en el que les pusimos mermelada; que la fila que no elegimos es la que avanza más rápido; y que los calcetines entren emparejados a la lavadora y salgan separados.
Hace realmente poco, encontré que esta ley o precepto (que no tiene base científica en sí misma) guarda una inquietante relación con otra que sí es una de las bases del modo como entendemos nuestro mundo y el espacio hasta donde lo podemos observar: Me refiero a los principios de la termodinámica y en particular, el segundo, según el cual: “La entropía del universo siempre tiende a aumentar”.
Puede ser que el enunciado no resulte demasiado claro, pero se trata de algo muy simple realmente: Toda partícula en nuestro universo, va de un estado de orden a uno de desorden y no al revés (al menos no de manera espontánea).
Según esto, no importa lo bien que planeemos nuestras vidas y actividades, lo detallados que sean nuestros proyectos, lo organizados que tengamos los cajones; la vida (los principios de la física, las leyes del universo o como quieras llamarle) se van a encargar de que te ocurra algo que no tenías previsto que te va a echar a perder los planes.
Este es el mismo aprendizaje que tuvo Zenon el año 350 AC. Había invertido toda su gran fortuna en mercaderías que estaba transportando por vía marítima desde Líbano hasta Atenas. Esperaba multiplicar su riqueza venciendo a muy bien precio tales especies. Era un plan magnífico. Hasta que la Ley de Murphy cayó sobre él en la forma de una tormenta que hizo naufragar la flota y perder todas sus mercancías. Zenón tuvo que quedarse en Atenas, básicamente porque carecía de medios para regresar a su tierra y decidió aprovechar el tiempo estudiando filosofía, disciplina que lo apasionó. Tanto fue su entusiasmo que creó una nueva escuela filosófica: El Estoicismo.
Los estoicos, quienes predicaban el valor de la razón, propusieron que las emociones destructivas eran el resultado de errores en nuestra visión del mundo. De este modo, fueron capaces de ofrecer orientación para que las personas pudiesen permanecer resueltas, fuertes y en control de la situación. Es decir, un método para que las adversidades de la vida (que te van a ocurrir de todas maneras por el mérito de la Ley de Murphy y la segunda ley de la termodinámica).
Entonces, si eres de aquellas personas a las que le irrita mucho que cambios o situaciones no previstas no te permitan cumplir con lo que planeaste; que no tolera que sus proyectos fracasen; que se siente desolado porque las normas de aislamiento te impiden sacar adelante tus ideas o alguna otra parecida, tengo para ti cinco consejos excelentes, recopilados por Daniel Colombo a partir de trabajos de filósofos estoicos que te van a ayudar a sobreponerse mejor de las adversidades:
1.“Es esencial que recuerdes que la atención que le des a cualquier acción debe ser proporcional a su valor.” Marco Aurelio. En buen romance, deja pasar las cosas que no te conducen a lograr tus objetivos. Por ejemplo: Las que pudieron ser y no fueron.
2. “La mayoría de lo que hacemos y decimos no es esencial. Pregúntate en cada momento, ¿es esto necesario?” Marco Aurelio. No gastes tiempo ni energía en cosas que o no te sirven para conseguir tus fines o no te generan placer o satisfacción.
3. “Algunas cosas están bajo nuestro control y otras no” Epicteto. Como consecuencia, lo lógica indica que nos orientemos a cambiar todo aquello que controlamos en lugar de lamentarnos por no poder modificar lo que está fuera de nuestra influencia.
4.“Las obras se tienen medio terminadas cuando se han comenzado bien.” Séneca. Por lo tanto, pon manos a la obra para moverte del lugar donde estás. O como decía un amigo mío, “No te preocupes, mejor ocúpate”
5. “Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto, y encontrarás la fuerza”. Marco Aurelio. Esta resume buena parte de la sabiduría del estoicismo. Si te sientes afligido por una adversidad, cambiar la manera como piensas al respecto es la única forma de salir adelante.
Está en tus manos convertirte en una persona a la que ninguna adversidad pueda derribar. Tengo un curso para ti que puedes encontrar en la sección de CURSOS. Escríbeme a The Skills Dude y con gusto hablaré contigo al respecto. Entre tanto, no olvides seguirnos en redes sociales. Estamos como @theskillsdude en Linkedin, Instagram y Facebook y compartimos mucho contenido de valor para ayudarte a alcanzar tus sueños. También puedes ver nuestros canales de video en Youtube y Tiktok. Si ves algo que te gusta, me ayudas si le das “me gusta” y lo compartes. Te recomiendo seguir mis artículos como colaborador en la Revista Digital Kyodai Magazine.